Gabriel Ibarra Bourjac*
¿A qué vino a Guadalajara el pasado sábado Leonel Cota Montaño, delegado especial de Morena en Jalisco durante las elecciones del pasado 2 de junio al reunirse con los ganadores y ganadoras?
Vino a establecer los criterios políticos que guiarán a Morena como fuerza política en Jalisco los próximos tres años, donde habrá una directriz desde la Ciudad de México, a la que todos y cada uno de los ganadores tendrán que sujetarse, desde los más grandes (senadores, hasta los diputados federales, locales y alcaldes).
1). Vino a señalar que la impugnación a las elecciones para gobernador del Estado y alcaldía de Guadalajara la lucha la darán hasta el final y que no habrá negociación política. Que resuelva el Tribunal Federal Electoral y que Claudia Delgadillo cuenta con todo el apoyo de la presidenta electa Claudia Sheinbaum.
2) Vino a decirles que quien se siente a negociar o se toma la foto con Pablo Lemus quedará fuera del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y será considerado un traidor; será su fracción legislativa la que gestione los presupuestos para los 44 municipios que ganó la coalición.
3) Los diputados locales no podrán negociar nada (con Pablo Lemus, aunque no lo dijo expresamente) y será la presidenta Claudia Sheinbaum quien determinará la negociación con el Ejecutivo de Jalisco.
4) Pidió a los diputados locales que instalen una mesa para ir viendo el presupuesto 2025 para beneficio de los 44 gobiernos municipales.
LA IMPORTANCIA DE JALISCO
La presencia de Leonel Montaño no puede pasar desapercibida, toda vez que trae la línea de México y esto será seguramente lo que marcará a Morena en su relación con el gobierno de Jalisco (en el entendido que será con Pablo Lemus). Esto creo que es el fondo, ya que Jalisco es un estado muy importante y no se dejará al garete, los acuerdos serán a nivel federal.
Las fuerzas locales de Morena en Jalisco que están tan dispersas y divididas no serán las determinantes de la relación que tenga desde el Congreso del Estado con el futuro gobierno que seguramente encabezará Pablo Lemus (eso lo presumo yo), pero le corresponderá a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal la que lo determine, atendiendo el proceso jurídico que la ley establece y resolviendo la impugnación presentada por Morena.
La lectura que advierto es que desde el inicio la relación del gobierno federal y gobierno de Jalisco, estará cimentada en acuerdos claros, sin la necesidad de que haya juego de vencidas que a nadie le convienen, como sucedió en la primera mitad de este sexenio que está por pasar a la historia, en la relación entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, al perderse tres años valiosísimos con el desgaste que se pudo haber evitado si la soberbia no hubiera estado presente.
Claro está que la situación en la que llegaría Pablo Lemus de gobernador es muy distinta a la de Enrique Alfaro, ya que hay muy poco margen para imponer condiciones, por lo que lo más importante es la construcción de acuerdos.
Pablo Lemus ha enviado mensaje de conciliación a la presidenta electa Claudia Sheinbaum, en tanto resuelve la Sala Superior del TFEPJ. El estilo de Lemus es muy distinto al de Alfaro y ahora le toca entrar a otro nivel que son las Grandes Ligas de la Política.
Hay quienes dicen que Lemus buscará distinguirse del estilo de los gobernantes que han pasado por Jalisco, donde la política partidista pasaría a segundo plano y su relación sería más con la sociedad civil y los grupos organizados. Los empresarios llevarían mano.
Sin embargo, la conformación del Congreso del Estado y los 11 diputados que tendría Movimiento Ciudadano, si es que el Partido Verde no le tumba uno, lo obliga a amarrar los 8 votos que tendrán PAN (5) y PRI (3). Si la conformación quedaría así y se mantienen los 19 diputados de la Coalición Sigamos haciendo Historia, se tendría un empate en la LXIV Legislatura, 19-19. Obvio que los acuerdos con el PAN y el PRI, independientemente de su fuerza, no sería de gratis.
Asimismo, Lemus tendrá que seguir tomado de la mano y del brazo de Movimiento Ciudadano y El Alfarismo, porque la circunstancia lo exige. No habrá rompimiento con los naranjas y tendrá que repartirles espacios.
Por otro lado, si la negociación se hace en México, como lo vino a definir Leonel Cota y es con la presidenta Claudia Sheinbaum, la gobernabilidad se le podría facilitar a Pablo Lemus con el establecimiento de acuerdos y que podría ser un co-gobierno Lemus-MORENA, para la primera mitad del sexenio.
Mientras se llegue al dictamen final de la calificación de las elecciones en Jalisco, Lemus avanza en el diálogo con grupos e instituciones que son fundamentales como la Universidad de Guadalajara y funcionarios del gobierno estatal, como lo hizo la pasada semana.
Estamos en un proceso de definiciones. Queda claro que desde el poder central no se dejará a Jalisco a expensas de los apetitos de los grupos y personajes de MORENA locales.
Ese es un buen principio, el establecimiento de posiciones. Creo que a eso vino Leonel Cota Montaño a Guadalajara el pasado sábado.
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