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Rubén Iñiguez

A decir verdad•Las decisiones que hunden a la moneda mexicana

Por Rubén Iñiguez.

Nuestra moneda llegó a la paridad de 22 pesos por dólar. Dicho sea de paso, en la semana el autoritarismo del presidente ligó a la par dos errores descomunales que gravitarán sobre el valor de nuestro dinero mexicano.

El primero de ellos, fue haber jugado con las expectativas de los centros financieros nacionales, ya que desde agosto había decidido la designación de Arturo Herrera, visto como un sujeto confiable y capaz para conservar la autonomía del estratégico Banxico (Banco de México), y suplirla por la gris asimilada Victoria Rodríguez, un alfil más del tablero de incondicionales del Presidente, pero que dañó en forma enorme la confianza en el futuro de Banxico, porque la susodicha tiene solo  experiencia en egresos, y no en finanzas.

MONEX, comentó con asombro el cambio de designación, el personalismo presidencial de hacer del país de un solo hombre, colocando incondicionales en todas partes en lo que es un claro anuncio de la dictadura perfecta que está por venir, en el que pareciera que importa más la lealtad a AMLO, antes que la capacidad y las aptitudes para el cargo.

Otro daño indirecto a la confianza de los mexicanos, lo causó el Ejército Mexicano, mejor dicho, el titular de la SEDENA, El General Secretario, Luis Crescencio Sandoval, al definirse como un siervo más de Morena y proponer esa opción política como la mejor para los mexicanos, asumiendo un papel proselitista y parcial de las Fuerzas Armadas, que ahora colmadas de presupuesto, y protegidas con un decreto que garantiza que la corrupción jamás será conocida, porque se considera “Secreto de Estado” y sencillamente esto tapará la suerte de más de 300 mil millones de pesos, o más, para destinarse a las mega-obras, que aparte de todo, son inviables, será suficiente para hacer millonarios a los generales del Estado Mayor.

La economía nacional es un conjunto de decisiones, y refleja las inquietudes del país, las preocupaciones de la sociedad que observa un centralismo anormal, para la vida democrática pero habitual en países como Cuba o Venezuela, convertidos en cárceles sin derechos de expresión con los ejércitos bien cebados en riqueza, corrupción y prestos a reprimir al pueblo.

La economía nacional, sufría del cáncer de la inflación, ese impuesto negativo, un síntoma visible de la enfermedad profunda y en ocasiones mortal, que termina en una recesión con la inevitable devaluación. Esa inflación sentida ahora si, por la población en general, que comienza a dudar del caudillo o mesías tropical, pues es de un 8.3 por ciento, e incluso TV Azteca (quien es uno de los principales aliados del Presidente) reconoce una cifra de 7.5 por ciento de inflación. El hecho es que la ausencia de capitales, de inversión, de recuperación de empleos, no logran que crezca la economía, y mucho menos el ingreso.

Cuando se le indicó al Presidente, esta situación en inicios de su sexenio; decidió optar por usar las “cifras del bienestar, por medir el grado de felicidad del pueblo” una imaginaría indicación qué si bien es objeto de ejercicios estadísticos como una variable, no suple la realidad de los números nacionales.

Mientras se programa casi un 70 por ciento del presupuesto a las obras inútiles, que aparte de todo, estarán blindadas con cobija militar, cuyos números no serán más que opacos y un secreto de estado, como el Tren Maya, el aeropuerto mamut de Santa Lucía, y la desastrosa Refinería de Dos Bocas, lo que dará inmunidad a la corrupción con uniforme, convertida en la empresa favorita de AMLO, que se espera estén listas en el 2023.

En el caso del aeropuerto, en teoría, estaría funcionando en cuatro meses más, sin tener infraestructura de comunicación terrestre suficiente, pues la cancelación del desaparecido NAIM, el de TEXCOCO, era un verdadero mega proyecto internacional, con más 144 slots, (espacios para aviones grandes), mientras que el Felipe Ángeles, que, además, tiene una torre de controles chueca o inclinada, solo tendrá capacidad para 14 lugares.

En el caso de Aero-México ya anunció que no utilizará esas instalaciones por lo impráctico e inviable que resulta, además, la empresa Volaris, confirmó que solo tendrá tres vuelos programados desde ese aeropuerto, pues afirman que no tiene aprobación de los organismos aeronáuticos internacionales para vuelos simultáneos con el BJ de CDMX y el de Toluca. Esto representará solo dinero tirado a la basura.

El nuevo presupuesto propone austeridad extrema, en gastos esenciales de salud y educación, además de marginar el desarrollo de las entidades en el que no hay mega-obras, porque solo son sus obras y ya, simples caprichosos del caudillo del pasado.

La popularidad y la fama son temporales, no te salva, además de que tampoco es para siempre. A pesar de que Don Antonio López de Santa Ana, también tuvo el mando directo y total del ejército, sus decisiones fueron erróneas y le representaron un serio costo político, lo que puede pasarle a nuestro actual Presidente, quien se empeña en hacer las cosas con el hígado y el estómago, más allá de la razón y la cordura.

El hambre, la carencia, la falta de ahorro, han mermado a la clase media, motor de este país, orgullo de logro de los gobiernos anteriores, que ha sufrido la disminución de casi 4 millones de sus integrantes, pues la cifra ha descendido, para incorporarse a la clase baja económicamente activa, la cual ha aumentado a 55 millones de pobres en todo el territorio nacional.

¡Nuestro Presidente quiere tanto a los pobres, que pareciera que quiere convertir a todo el país, en una condición económica de pobreza extrema!

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