Sin ayuntamientos efectivos nunca habrá calidad de vida en las metrópolis, la ciudad es un asunto estrictamente local, de allí que se debe iniciar por sus fortalecimientos, no financiero ni de ampliación de periodos administrativos, sino de su capacidad directiva, porque sin inteligencia no habrá dinero ni tiempo que alcance. Aceptando, también, que no todos los problemas de las ciudades metropolitanas son solo problemas de los ayuntamientos de esas ciudades sino también de la entidad federativa, estaremos de acuerdo en que habrá algunos problemas comunes, por cierto, los municipales son muy pocos. La planeación urbana de las ciudades es solo un problema de las metrópolis que concentran y concentrarán cada vez más habitantes, pero es solo uno de tantos otros problemas y solo uno de los problemas públicos responsabilidad de los gobiernos municipales, tienen otros más. Reconociendo, también, que la efectividad de las políticas públicas municipales depende de la capacidad directiva institucional y de su correcta implementación, cuando el gobierno no se gobierna ni a sí mismo, una buena idea se queda en eso, una buena o gran idea que no soluciona nada. Una ciudad conurbada pobre, que no quiere decir que todos sus habitantes sean pobres, sino que su ayuntamiento, su gobierno lo es y no porque le falte dinero sino porque no tiene capacidad, inteligencia ni eficacia gubernativa para solucionar los problemas públicos relevantes, esa capacidad para planear con prospectiva estratégica (conocimiento y experiencia) primero al gobierno y después lo demás y lograr la sustentabilidad de las metrópolis entendiendo que no puede, ni debe tocarle a todos, los involucrados, todo, porque entonces no hay claridad y nadie se hará responsable de nada. Antes que hacer ciudad, debe hacerse gobierno, que gobierne. Los ayuntamientos solo son responsables de lo que constitucionalmente les toca y no es poca cosa, pero no de todo lo metropolitano de allí que es un error confundir un problema metropolitano con un problema institucional metropolitano. El desarrollo urbano disperso, es un problema metropolitano que genera consumo excesivo de tierra, congestionamiento y contaminación del aire, deterioro de las áreas centrales, reducción de la interacción social y daño a la salud, pero los gobiernos deben iniciar por tener claro que sí les toca hacer y qué no, antes que pretender atender las fallas de mercado deben solucionar las fallas de gobierno, sus fallas. La idea de metropolizar todo, es un gran error, pretender integrar problemas en instancias de coordinación metropolitana duplicando funciones o confundiéndolas solo hace que se junten problemas de menor tamaño en un gran problema, generando mayor gasto y dificultades. Integrar ciudades problema en una sola mayor ciudad problema, en una sola gran metrópoli problema con mayor dificultad para su atención, no es el camino. No olvidemos la sentencia popular “divide y vencerás”, un gobierno metropolitano no resuelve, no va por allí, por ello, el sentido común y nuestra constitución nacional, afortunadamente, no lo permite. En mi opinión es menos difícil ir solucionando los problemas por partes y lograr calidad de vida en las partes que al sumarlas, las partes bien atendidas, solucionadas, generen una zona, un área, una gran parte resuelta, toda junta con calidad de vida. La suma de las partes con calidad dará por resultado la gran zona o área de calidad. Además, el espíritu constitucional de la coordinación y asociación municipal es ahorrar, ahorrar para fortalecer la hacienda municipal. Crear institutos, organismos, agencias o dependencias costosas con el pretexto de la coordinación van en sentido contrario, debilitan los ayuntamientos y solo sirven para coordinar miserias. Ese camino es tonto y ni alcaldes ni regidores se dan cuenta, andan perdidos. Ni hablar.
Horacio Villaseñor Manzanedo* es Master en Gobierno y Administración Pública Municipal y Estatal, miembro titular de la Red IGLOM, asociación civil que aglutina a los investigadores y profesionales más destacados en materia de gobierno y miembro de la Red de Gobernanza Metropolitana Conacyt.
