Dos referentes saltan de la próxima cuarta regidora de Morena en el Ayuntamiento de Guadalajara, -que conducirán los de Movimiento Ciudadano- María Candelaria Ochoa Ávalos: uno es el dicho famoso aquel que dice que “de que la perra es brava hasta a los de casa muerde” y el otro es la película de La India María “ni de aquí ni de allá”, porque ni cabe en Movimiento Ciudadano, donde empezó a hacer sus pininos políticos, ni cabe en Morena donde sigue haciendo pinitos pero el presidente Andrés Manuel López Obrador la ignora. Vamos: María Candelaria debe ir a El Zapotillo para ver al presidente porque no la recibe y creo ni la ve ni la oye.
Ayer se enfrascó en twitter con María Elena Limón y la presidenta de Tlaquepaque por algo estéril: una denuncia que María Elena presentó para señalar que a su juicio padecía violencia de género y le dieron la razón.
Pero Candelaria que debe contribuir al crecimiento en la Zona Metropolitana de Guadalajara, principalmente en la capital de Jalisco, donde fue electa regidora se dedicó a atacar ¡a mujeres! y hasta a su propio partido, a destiempo y como para legitimar.
A este tuit que parece le entiendo, de Limón, contestó abruptamente y sin pensarlo mucho, con ánimo confrontacionista, María Candelaria -no, no se ría, así se llama y merece respeto-: “El tiempo es de las mujeres, representamos el pasado, presente y el futuro de Tlaquepaque con una visión diferente para gobernar, somos aliadas y somos amigas unidas por el amor a nuestro municipio.
“Vienen grandes cosas para nuestro municipio…”
Este fue el tuit que por incontinencia digital que padece, María Candelaria escribió con todo menos con el cerebro, que lo tiene: “En @MovCiudadanoJal y @MovCiudadanoMX ninguna mujer ha sido nombrada Coordinadora de las Bancadas y ahí también hay que levantar la.voz! Yo esperaba que @MirzaFloresG lo fuera, lo mismo que en mi propio partido @PartidoMorenaM esperaba se nombrara a una mujer”.
No es con esos tuits como va a sumarse a una causa que no necesita siglas o colores partidistas. La causa real feminista, incluso más allá, de derechos humanos es no agredir con bajonazos a nadie. Menos a tres triunfadoras que contra todo pronóstico ganaron un municipio que ni en su partido creían o querían que podría pasar y pasó.
Y creo que sin mezclar colores ella podría ayudarlas. Y una ayuda es no estorbarlas.
Y después de que María Candelaria -quedamos en que no se iba a reir por el nombre que nada tiene de malo- fue diputada federal, que dirigió un organismo nacional, terminar su carrera como regidora no merece.
Ojalá cesen conflictos locos y que ya no haya tanta bravura mal encauzada.