
Jaime García Medina
Ellos se creyeron más listos que sus líderes y la perdieron. A ambos les ganaron la ambición desmedida y la arrogancia, la existencia de otros tiempos y el sobrevalorarse, pero se parecen como dos gotas de agua: son Ricardo Monreal Ávila, líder del senado -en la 4T- y Pablo Lemus Navarro, presidente municipal de Guadalajara -por MC-.
Ambos van en caída libre. Monreal juega a seguir en la 4T y Lemus a seguir en Movimiento Ciudadano. No tardan en ser expulsados del paraíso partidista en el que han crecido.
A Monreal ya no lo quiso el presidente de la República Ernesto Zedillo en el PRI, y se fue a buscar la candidatura a gobernador de Zacatecas por el PRD, la cual ganó. A Lemus ya no lo quiere el gobernador de Jalisco Enrique Alfaro a quien le debe haber salido de su crisis económica y “ser alguien” cuando no ser nadie era ya su habitual forma de vida. Sin menospreciar a ninguna profesión, Lemus tuvo que ser un pobre conductor de un noticiero radiofónico hasta que Alfaro le dio su oportunidad de ser candidato a presidente municipal. Así se “ganaba la vida”.
A ambos les encanta la derecha política. No son chairos. No ‘siguen’ a nadie. Ni a AMLO ni a Enrique Alfaro.
Ayer Mario Riorda publicó lo que escribió el 22 de octubre del 2019 sobre la democracia tan aludida por ambos actores en la cúspide de sus carreras pero a punto de la desgracia : “El tema es que la democracia, aún estresada, aún debilitada, no admite abusos a la vieja usanza -aunque sea para frenar a otros abusos-. Al menos en determinados contextos de escepticismo, enojo y frustración social donde el descontento anida en cualquier causa”.
Riorda se refiere a lo que ocurre hoy en Sudamérica pero muestra el estilo de Monreal y Lemus: quieren democratizar a los bueyes de su compadre creyendo que somos tontos y que les compramos su actitud o discurso.
A Monreal ayer lo pusieron en su sitio primero en redes y en segundo sitio en la Cámara de Diputados el legislador federal Hamlet Almaguer cuando lo ridiculizó con su pobre criterio constitucionalista. Lo menos que le dijo es que es un vil timador porque escondió en colosales mentiras a la hora de menospreciar la ley electoral promovida por su líder Andrés Manuel López Obrador, y dejó ver su ávido deseo de alinearse a la coalición”Va por México”.
Por eso se atrevió a decir que la reforma era inconstitucional y el diputado Almaguer de Jalisco, lo hizo trizas.
De Lemus hay poco qué decir. Los adversarios de Enrique Alfaro dicen que ya es hora de que se arranque por la gubernatura.
Mural en su columna Cúpula dice, insiste, que ya está muuuy cerca del PAN. Algo saben. Lo dijo el diario dos veces esta semana a propósito de la resurrección de la alianza de exgobernadores panistas que no se pueden ver ni en pintura pero que ya aparecen unidos y cerca de Lemus.
Soslayan que un gobernador que no ayuda a un candidato de su partido hace que este pierda. Y si Enrique Alfaro empuja a uno de Morena vencerá fácilmente a Lemus, que como Monreal para Morena ya es historia en MC.
Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que A Fondo Jalisco no se hace responsable de los mismos.

