A Fondo Jalisco
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Coyuntura Gabriel Ibarra Bourjac

Conciencia, un espacio de libertad

Los hombres del poder

Son 500 ediciones de Conciencia Pública y llega en este tiempo, tiempo de repensar el mundo, un mundo que ya no es como fue. Nos lo cambiaron, como de la noche a la mañana, en un abrir y cerrar de ojos.

La inmediatez es el sino de los tiempos de hoy. La tecnología vino a cambiarnos la vida a todos.

El agudo escritor uruguayo Mario Benedetti, uno de los grandes pensadores del siglo XX, nos dejó de herencia una frase que dice mucho a propósito de la era que nos toca vivir: “Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas»

Al recordado escritor mexicano Carlos Monsiváis le adjudican la autoría de otra frase para la posteridad a propósito de la revolución digital que sacudió nuestras vidas hasta el tuétano de los huesos: “O lo que entiendo ya pasó, o lo que pasa ya no entiendo”.

Los medios de comunicación hemos vivido el trauma de estos cambios tan vertiginosos, cambios que nos ha obligado a reinventarnos o a desaparecer. Y son las nuevas generaciones las que viven su momento muy a prisa, comida rápida, alimentos light, relaciones efímeras, de desecho, donde todo se vuelve urgente… con poco espacio para digerir la información y los sucesos cotidianos que se hacen presente.

Antes los grandes cambios y/o quiebre de era se registraban cada mil años, después cada 500 años, allá por el siglo XVIII cada 100 años, y a partir de la caída de la cortina de hierro, con la revolución digital la vida se volvió vertiginosa. 

Quiero subrayar que nuestra generación es privilegiada, porque le tocó vivir entre la segunda mitad del siglo XX y estas dos primeras décadas del siglo XXI, cambios inimaginables con lo que representa la era digital, pero también en lo político y social fuimos testigos de cambios de modelos económicos y sociales

Si en un campo se marcan los cambios de era es precisamente en la forma de comunicación de la humanidad. Desde el siglo II d.c a los chinos se les reconoce haber desarrollado el arte de imprimir textos. Vendría posteriormente la invención del papel en el año y la difusión de la religión budista y que influirían favorablemente en la imprenta china, toda vez que el papiro y el pergamino no eran fáciles para la impresión.

Es Gutenberg, más de mil años después quien inventa los tipos móviles metálicos. Pasaron cerca de cinco siglos, después del invento de la imprenta, para que llegara el offset. Poco más de medio siglo y llega la revolución digital en la que estamos inmersos y que es un salto cuántico en la forma de comunicación de la humanidad.

Pues en ese mundo de tempestades y tsunamis mediáticos y sociales hemos navegado como periodistas, viviendo los dilemas y retos del cambio, los conflictos con el poder que no cambian, en ese sentido el ser humano es el mismo, con sus pasiones, demonios y contradicciones, con la ambición de poder y de control siempre voraz.

En la primera época de nuestra publicación, entre 1986 y 1996 (fueron poco más de 500 ediciones) nos decían “los inconscientes de Conciencia”, por los temas que nos atrevíamos a publicar, un periodismo demasiado temerario para la época. No se cómo fue pero sobrevivimos con un periodismo de denuncia.

Pasó más de una década para que regresáramos con nuestra publicación, allá por 2008, después de haber incursionado con dos grupos empresariales muy importantes en la región y en el país, que nos permitió de la misma forma estar diez años en la Sociedad Interamericana de Prensa y en la Asociación Mexicana de editores (AME), conocer la problemática de la empresa editorial y los conflictos del ejercicio de la libertad de expresión en el continente de América, regresamos al ejercicio de un periodismo independiente que no ha sido fácil, precisamente por esta revolución digital que nos alcanzó y que nos obliga a reinventarnos.

DOS ÉPOCAS

Conciencia que ha tenido dos épocas, ha navegado en ese mar vertiginoso, en el que hoy como nunca abunda la información, tenemos acceso a muchísima información. Nuestra primera época fue de 1986 a 1996, con formato de revista. Imprimimos más de 500 ediciones. Regresamos hace 10 años y con esta edición llegamos al número 500. O sea, sumadas las dosépocas, son 1000 ediciones.

Cuando iniciamos con Conciencia Pública, en su primera época, sobraba pasión y tal vez nos faltaba algo o mucha razón. Había, eso sí, muchos sueños. Hoy, cuando han transcurrido tres décadas de aquel primer ejemplar, creo que hay un poco más de razón y tal vez algo de conciencia. Son hoy otros escenarios, cuando el papel está siendo desplazado y lo electrónico gana cada vez más terreno.

En tiempos de cambios y transformaciones profundas que impulsa la tecnología que impactan sobre manera a los medios de comunicación y a la sociedad, navegamos en esos profundos mares de la información, tratando de aportar nuestro granito de arena a esta sociedad de hoy que se ha hecho tan compleja ante los nuevos paradigmas que han llegado para un cambio de época.

Nuestro reto es sobrevivir estos tiempos en el que el caudillismo ha regresado, el de las verdades absolutas, el que no se tolera la crítica y en el que se requiere un periodismo además de crítico, analítico. No se qué nos depare la vida, no se si mañana aquí estaremos, pero el tiempo que tengamos este espacio, haremos el esfuerzo de ser útiles, de aportar algo al debate colectivo que por momento se pierde entre tanto ruido, tanta basura informativa y tantos intereses creados que tampoco en el fondo han cambiado.

Gracias a nuestros lectores, a sus opiniones y observaciones que las tomamos muy en cuenta, pues nunca hemos pretendido tener el monopolio de la razón o ser dueños de la verdad absoluta. Aquí la arrogancia no tiene espacio.

Gracias a nuestro equipo de colaboradores, que cada semana nos aportan sus opiniones y análisis, aportación muy valiosa que permite la existencia de este espacio de libertad.

Gracias por siempre.

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