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Coyuntura Destacada Jaime García Medina

Estalla gran crisis dentro de la 4T; encuestas desquician a López Obrador

Los estamos viendo:

Por Jaime García Medina

La autodenominada Cuarta Transformación vive una profunda crisis. Tanto, que la ingobernabilidad está a tiro de piedra. Entre otros signos de la debacle se encuentra la pérdida diaria del respaldo popular que el presidente Andrés Manuel López Obrador alcanzó al inicio de su mandato, con un techo de hasta 80 por ciento de preferencias, que ya se convirtió en un piso de aceptación bajísimo con 54 puntos para Mitofsky; 59 puntos para Reforma y 49.3 puntos para Massive Caller.

Para analizar esas calificaciones, es necesario establecer primero, que el presidente en lo general es visto -según encuesta Reforma- como un presidente simpático -para el 67%-; justo -para el 60%-; honesto -para el 59%-; pero solamente el 54% de la población cree que Obrador gobierna para todos; solo el 53% cree que habla con la verdad y de plano, solo el 48% cree que une al país.

En otras palabras: Andrés Manuel López Obrador es visto como buena persona pero que divide al país y miente.

Él cree que va bien. En México mediáticamente y para este presidente, solamente hay dos tipos de ciudadanos: los que creen en él, y los que no, porque a su juicio son conservadores que añoran la corrupción. Eso cree él.

Si vemos la encuesta de Massive Caller, ahí queda establecido lo que la gente no ve bien: el 40.3 de los consultados cree que el trabajo del presidente Obrador ha sido menor a lo que esperaba; que el combate a la delincuencia ha sido para el 61.9% menor a lo esperado; que el 53.9% cree que la disminución de la pobreza en México ha sido nada o poco exitosa; y es el 53.8% el que cree que el presidente ha sido nada o poco exitoso en combatir la corrupción.

Eso debiera revisar.

Pero Andrés Manuel López Obrador ha acudido al recurso fácil, efímero, de mentir más, de engañar más, de usar hasta al titular de la Unidad de Inteligencia Financiera Santiago Nieto -¡pobre hombre mentiroso!- que hoy participó en la conferencia matutina del presidente para hablar de falacias y de hechos que la justicia podrá revertir. Si el presidente y colaboradores creen que la opinión pública se funda con mentiras, se equivocaron. Eso se revierte y además sigue dividiendo.

Allá ellos.

Una de las labores principales de todo o cualquier gobernante es unir y no mentir, ni encubrir.

Seguimos: gobierna mal y comunica mal. No hay salidas para eso.

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