Iván García Medina
Los políticos hoy día viven apanicados por el ejercicio del poder y sus efectos. En las sociedades de riesgo y desorden como las nuestras -dice Edgar Jiménez-, algunos gobiernan -sin enterarse- con la bota en el cuello de sus asesores mediáticos que son los nuevos fouchés: lo que saben lo usan para medrar sobre el que les da de comer y ese es el caso de Rafael Valenzuela, enfermo del síndrome Alberto Lamas cuando pisoteaba a Aristóteles Sandoval y dicho publicista ¡era vicegobernador! Hoy en Guadalajara tenemos un publicista-vicealcalde covacho según revela Mural.
Los recursos políticos del vicealcalde de facto de Guadalajara son tan pobres pero tan pobres que podrá engañar al presidente Enrique Alfaro pero cualquier consultor decente lo reprobaría por sus prácticas de cogobierno.
Hoy jueves 06 de octubre Mural en su columna Cúpula dice: “EN CAMPAÑA, Movimiento Ciudadano se vendió como un partido diferente, pero en la realidad, algunos actores han recurrido a las prácticas más básicas de la grilla tradicional.
“DICEN QUE UNA prueba de ello es el ‘Tucoca’, Todos Unidos Contra Caro, un frente que se formó al interior del partido naranja para tratar de descarrilar las aspiraciones de Salvador Caro a la Presidencia Municipal de Guadalajara.
“LAS MALAS LENGUAS aseguran que a esa pretensión de minar al Comisario de Seguridad Pública tapatío se han sumado actores como el Jefe de Gabinete, Hugo Luna, y el líder de los diputados naranjas, Ismael del Toro.
“PERO TAMBIÉN Rafael Valenzuela (sic), quien es proveedor del Ayuntamiento de Guadalajara y tiene muuucha (sic) influencia en el Alcalde Enrique Alfaro.
“AL PARECER los embates en contra de Caro lo tendrían con un pie de regreso en el Congreso local, pues hay que recordar que es diputado con licencia”.
Bueno Lamas orilló a Salvador Caro a dejar el PRI y Caro le ocasionó un boquete tal a Aristóteles Sandoval, que abrió de par en par la autopista a Enrique Alfaro para ser lo que es hoy.
Lamas dividió al gabinete. Igual Valenzuela. Lamas le dijo a Aristóteles que se alejara de algunos periódicos “porque no servían para nada”. Lamas absorbió el presupuesto de Comunicación Social bajo el supuesto de que prensa, radio y TV no valían la pena pero en realidad era porque lo disfrutaba él. Valenzuela también.
Lamas metió de candidato en Guadalajara a Ricardo Villanueva y Valenzuela va por Guadalupe Morfín o quien le alimente la covacha.
Lamas asustaba a Aristóteles para enriquecerse, sin tener el mínimo de lealtad. Valenzuela lo hace igual con Alfaro.
Aristóteles se tardó 6 años en tirar a la basura a su publicista. A ver a qué horas Enrique Alfaro lo ubica. Si el alcalde platica con políticos serios y comunicólogos serios como -por ejemplo- Mario Riorda, comprobará que un gobierno exitoso sólo es aquel que gobierna bien y comunica bien.
Tras las pésimas calificaciones a Alfaro entendemos que si el actual alcalde gobierna bien -como es- entonces comunica mal según fórmula que cualquier experto sabe. Y si su comunicólogo es Valenzuela, que lo cambie porque Alfaro casi está reprobado. Que lo haga secretario de gobierno y contrate a quien comunique, no que incomunique.
Kirchner se ufanó de llegar al poder sin medios. Pero no se retiene el gobierno sin ellos.
Ante la acusación de Mural, Valenzuela quiere verle la cara a Alfaro con su tuit de “qué chistosos, qué básicos, qué tradicionales…” en referencia a la acusación de mete mano que le hace el diario.
Pero de que cogobierna, cogobierna. De que se pasa, se pasa. A Alfaro le cucharea las encuestas. El problema de “inseguridad” no es de Salvador Caro ni de Enrique Alfaro: nadie lo va a acabar. Es de Valenzuela porque es de percepción y no hay una sola estrategia de gobierno al respecto.
¡Puffff!
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