A Fondo Jalisco
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Gabriel Torres Espinoza La Aldea

Jalisco, líder en impunidad

Análisis

En Jalisco resulta de la mayor importancia la reforma estructural de nuestro sistema de procuración e impartición de justicia. De la cabal contribución que se pueda hacer al Estado de Derecho, en nuestra entidad, se dirá si la ‘refundación’ fue una promesa de compaña o un genuino compromiso de gobierno. La evidencia empírica y los indicadores en la materia acreditan el avance vertiginoso del nivel de corrupción e impunidad que acusa la vida pública de nuestro estado.

Resulta oportuno señalar que de acuerdo al estudio ‘Hallazgos 2017: Seguimiento y Evaluación del Sistema de Justicia Penal en México’, elaborado por México Evalúa, ¡Jalisco es la entidad federativa con mayor nivel de impunidad en el sistema acusatorio, con un escandaloso 99.3%!. Más aún, con base en el Índice de Estado de Derecho 2018, de World Justice Project, nuestro estado se ubica en el lugar 23, de entre las 32 federativas. El mismo estudio señala que ¡Jalisco es el quinto estado de la República con mayor presencia de corrupción!. Los resultados no son aislados. El primer Índice Mexicano de Corrupción y Calidad Gubernamental 2018, elaborado por México Social, con base en datos de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) y la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), de INEGI, las seis entidades con mayor corrupción institucional son: Ciudad de México (1ro), Puebla (2do), Oaxaca (3ro), Estado de México (4to), Tabasco (5to) y Jalisco (6to). Por otro lado, según el Índice Estatal de Desempeño de las Procuradurías y Fiscalías 2018, creado por Impunidad Cero y Jurimetría, Jalisco ocupa el ignominioso lugar 19, en este indicador a nivel nacional.

Naturalmente, existe una correlación entre corrupción, impunidad y Estado de Derecho. Mientras que la corrupción conlleva a una responsabilidad compartida entre gobierno y particulares, la impunidad es responsabilidad exclusiva de la autoridad. Entonces, ¿qué es más pernicioso: corrupción o impunidad? La impunidad: el Estado no puede impedir que se viole la ley, pero lo que sí puede, y está obligado a hacer, es que los delitos –sin excepción de los más paradigmáticos– reciban un ejemplar castigo. De esta manera, la impunidad resulta más dañina que la corrupción, puesto que es corrupción sobre la corrupción misma, toda vez que corrompe el castigo que debe imponerse al trasgresor de la ley. Prevenir la corrupción depende, en buena medida, de que se evite su impunidad, de lo contrario, como ocurre ahora, se alienta. En ese sentido, puede decirse que la impunidad es la antinomia, la antípoda, del Estado de Derecho. El Estado de Derecho no supone la creación de un diseño institucional perfecto –en el supuesto utópico de que tal cosa existiera–, sino que es, por definición, compromiso de todas las instituciones y (aunque no se reconozca) un asunto de voluntad política: toda vez que implica la escrupulosa sujeción de gobernantes y gobernados al imperio de la Ley. Todos los datos coinciden: en Jalisco, el que la hace, no la paga… No ocurre, porque corromperse, te ofrece en un nivel de 99.3% de posibilidades de no ser castigado.

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