Por Jaime García Medina
Este domingo se celebró la segunda marcha opositora contra la 4T y de inmediato dio inicio el debate post marcha. Los organizadores dicen que hubo 500 mil asistentes -haiga sido como haiga sido- y están felices por el número. Los de Morena dicen que viene su marcha el 18 de marzo y que entonces el tiro habrá salido por la culata a esta oposición que, se entiende, se ha anotado un éxito pírrico.
Un comentario antes de pasar a los hechos. Esta manifestación tiene a los partidarios del consenso -y debían todos entender que el disenso no es malo- y a los seguidores de los acuerdos cupulares, muy asustados.
1.- Quieren minimizar su incongruencia. Los opositores a la 4T quieren hacer válidas sus neocríticas. Hablemos de la marcha. Antes les gustaba todo: los fraudes del INE; le metieron sabroso la mano al Instituto porque disponían de canonjías metaconstitucionales como designar directores, vocales locales y disponer de suculentas partidas presupuestales. Hoy que ven que esa fiesta se va a agotar respingar. Pero lo que hizo posible que supuestas izquierdas -PRI y PRD- se aliaran férreamente con la derecha -PAN y MC- de este país, es la ambición de defender y alcanzar más espacios para seguir usando presupuesto público como hasta ahora.
2.- Golpe a organizadores. El presidente Andrés Manuel López Obrador calificó a los promotores de la marcha, a los líderes, de corruptos y de querer preservar a la oligarquía.
3.- Desfilan juntos impresentables y antes enemigos. Una crónica de un diario de Quintana Roo describe hoy lo que pensó el primer mandatario: “El titular del Ejecutivo federal exhibió una imagen con el rostro de Jorge Castañeda (sic), Enrique Krauze (sic), Marco Adame (sic), Gustavo de Hoyos (sic), María Amparo Casar (sic), Elba Esther Gordillo (sic), Héctor Aguilar Camín (sic), José Woldenberg (sic), Emlio Álvarez Icaza (sic), Ana Lucía Medina (sic), Fernando Belaunzarán (sic), Claudio X. González (sic), entre otros, a quienes señaló de estar detrás de esta protesta.
“También a Francisco Martín Moreno (sic), Enrique de la Madrid (sic), Mario Di Contanzo (sic), Guadalupe Acosta Naranjo (sic) y Juan Carlos Romero Hicks (sic), entre otras figuras políticas como Javier Lozano (sic) y José Narro Robles (sic) además de Francisco Labastida (sic), Sergio Aguayo (sic), Santiago Creel (sic) y Adrián LeBaron (sic).
“Quieren seguir robando, quieren regresar por sus fueros, quieren seguir manteniendo a la marginación en el olvido, a la mayoría de los mexicanos empobreciéndolos, entonces ese es el fondo, pero repito, es bueno para el país”.
Si alguno de ellos invitara a una marcha, no iría.
Todo se circunscribe a una disputa por un régimen que ya murió y por uno que va naciendo. Un régimen que apuesta por volver atrás y otro que está a favor de defender lo nuevo.
Unos le llaman polarización. Otros partidización. El caso simple es que en el país ha llegado la división de apoyos y esa marcha tuvo más elementos malos que buenos.
Ni hablar.
P.D. La encuesta de hoy de El Universal sobre la gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador concede una aprobación del 65%. Eso es mucha fuerza -en cualquier parte sel sexenio, pero más- a un año de la elección presidencial del 2024.
Fresco Oliviery mostró ayer en tuiter: “Una del mitin de hoy sin photoshop”.
“El error fundamental de este escenario es que en México nadie puede dar un golpe de estado con más facilidad que el presidente de la república, y que seguramente lo hará si llega a necesitarlo, adelantándose a cualquiera”.
Gabriel Zaid en su ensayo Escenarios sobre el fin del PRI, publicado en Vuelta el 30 de junio de 1985.
Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que A Fondo Jalisco no se hace responsable de los mismos.

