Más fracturas en Movimiento Ciudadano

Los estamos viendo

Los partidos políticos viven hoy claras etapas de incertidumbre, amenazas y riesgos. El problema mayor está en su debilidad institucional: la padecen tanto los partidos antiguos que se han agotado, como los emergentes que nacieron y crecieron súbitamente. Esa debilidad ha afectado profundamente al Partido Movimiento Ciudadano, sobre todo en Jalisco, que hoy experimenta fracturas que pronto lo pueden convertir en oposición.

Detallo las grandes fracturas que no habían causado una crisis interna en MC, pero sí empezaron a socavarlo.

1.- Carlos Lomelí Bolaños. El 16 de marzo del 2016, el entonces diputado federal de Movimiento Ciudadano renunció al partido y se fue a Morena porque no le gustaba el proyecto limitado que encabezaba férreamente Enrique Alfaro. Los estragos de su salida fueron tales que la noche del 2 de julio del 2018 algunas cadenas televisivas se negaron a dar un ganador en la contienda por la gobernatura de Jalisco. Al final, el candidato de Morena a gobernador Carlos Lomelí Bolaños fue tan bien aceptado, que partió el voto, Jalisco dejó el bipartidismo PRI-PAN y estos partidos se fueron al tercer y cuarto sitio de las preferencias. Morena ya se había instalado en la entidad como la segunda opción. Esos votos se los arrebató a MC.

2- El 8 de febrero del 2018, Alberto Uribe, presidente de Tlajomulco y coordinador de la campaña de Enrique Alfaro al gobierno de Jalisco se fue de Movimiento Ciudadano, para pasar a hacerse cargo de la campaña de Andrés Manuel López Obrador en Jalisco. Días antes de los comicios, también se fue de MC a Morena la diputada federal Candelaria Ochoa. Hoy, el primero es director de Vinculación Política de la Secretaría de Relaciones Exteriores y la segunda dirige la Comisión para Erradicar la Violencia hacia las Mujeres. El líder de MC se mofó de ellos públicamente: al primero lo había enviado -burlesco- de Embajador o Cónsul en Timbuctú o algún país muy lejano. De la segunda se mofó porque no la eligieron presidenta del Instituto de las Mujeres. En ambos casos, el gobernador se tragó sus ofensas.

3.- Días antes de iniciar su gobierno, Enrique Alfaro quiso instalar al político consentido de Ismael del Toro, Alejandro Hermosillo, como coordinador de la bancada de Movimiento Ciudadano en el Congreso del Estado humillando a Salvador Caro Cabrera a quien le habrían ofrecido un cargo bajo las órdenes poco comedidas de sus operadores. Públicamente Salvador Caro le rechazó la oferta y reivindicó su interés y derecho de ser diputado, y cediendo a Enrique Alfaro -su compadre- el derecho de nombrar a alguien de su confianza. Esta intentona abortó y el gobernador designó coordinador de bancada a Salvador Caro. El daño estaba hecho y éste se apagó, se rindió, y su equipo en Guadalajara se desintegró.

4.- Puerto Vallarta fue un engrudo que se le hizo bolas al gobernador. Fue tal el encono con que disputaron la candidatura a presidente municipal Arturo Dávalos y Ramón Demetrio Guerrero, que este perdió la elección para diputado federal cuando Dávalos y Alfaro sí ganaron. Los seguidores de Demetrio Guerrero se las van a cobrar en el 2021.

5.- Pablo Lemus ya se va de Movimiento Ciudadano. Sólo vive para ser candidato a gobernador de Jalisco, va adelante de Ismael Del Toro en las encuestas, lo sabe, y exige la posición. No se la darán. Además, quiere que su operador mercantil -ese que amenaza a los dueños de periódicos- Juan José Frangie sea su sucesor. Tampoco lo logrará. Lemus ha intentado por uno y otro conducto ser el candidato de Morena a gobernador: lo intentó vía José Luis González Íñigo-Alfonso Romo, y ahora lo busca con gente cercana al presidente Andrés Manuel López Obrador. Ya solo espera el momento de decir adiós y propinar una buena patada a Enrique Alfaro.

6.- María Elena Limón, la presidenta reelecta de Tlaquepaque -según encuestas del Inegi y de otras firmas-es mejor gobernante que Ismael del Toro y Pablo Lemus. La tratan mal, la minimizan, la discriminan y sin ella, en Movimiento Ciudadano, van directo a la derrota. La más reciente agresión se la cometieron en el proceso de conformación de la Policía Metropolitana de Guadalajara. La ven ‘menos’, pero
Tlaquepaque es territorio Limón.

7.- La peor fractura, pero la que se suma a todas las anteriores y constituye la puntilla es la que vive con la sociedad. Después de tener hasta 70 por ciento de aceptación y confianza ciudadana, Enrique Alfaro ya solo goza de un respaldo de aproximadamente el 30 por ciento. Perdió -creo que para siempre- a la mayoría.
Esto se ahondó en la semana que concluye: victimizar a una mujer presidenta, aumentar en lo oculto el precio del boleto en el transporte público, fue considerado una traición grande. Golpear y detener a jóvenes que protestaban en el Tren Ligero, es la confirmación de su divorcio con la sociedad.

La fractura de Movimiento Ciudadano está expuesta. Será cosa de semanas para entender que el alfarismo está en precrisis y el día de la revancha ciudadana está cerca.