Por Manuel Gutiérrez
El asunto se dirime en una corte mercantil de Londres, pero subjetivamente la razón asiste al campeón español Álex Palou, en cuanto a las decisiones que tomó con el equipo F-1 de McLaren, pero lo objetivo, lo documental es que el contrato firmado y las cláusulas admitidas, aunque mucho tiene por aclararse, probablemente le quiten lo que ha ganado en 4 años como campeón de Indy, marcando una era brillante, pero la esperanza de que todo sea pesado y medido y la justicia prevalezca aún sostiene el caso.
Pero McLaren actúa como filibustero victoriano, asaltando con cuchillo entre los dientes a un inerme sujeto a bordo de un barco mercante.
¿Cómo terminó Álex Palou en una corte británica demandado por 20 millones de dólares?
El asunto escala lo deportivo y llega a los terrenos económico y legales, todo pasó por la legítima aspiración de Álex Palou de tener un sitio con McLaren, que lo ofertó al piloto español. Obvio, ser considerado por una gran escudería lo llevó a ilusionarse y consentir, pero su contrato tenía mucha letra pequeña.
The Race.com, Motor.es ofrecen la mejor información que he visto sobre este escándalo.
La honorabilidad, que no tiene precio, quedó en interdicción para Palou y para McLaren, concretamente para Zak Brown, que actuó con perfidia británica.
Todo estaba bien. McLaren colocó a Palou en vueltas previas al Gran Premio de Estados Unidos, luego de visitas a la sede y entrenamiento en simuladores, y contacto con la fábrica y sesiones de evaluación y práctica —que hoy le pueden costar 20 millones de dólares—, y todo apuntaba a que sería llamado a ocupar un lugar en el equipo inglés.
Sin embargo, como parte de su contrato, McLaren, que tiene equipo en Indy, lo comprometía a correr para su escudería en Indy, parte que no observó el español en su deseo de pasar al gran circo, dado que él estaría en F-1.
En 2023, la burbuja reventó: Oscar Piastri firmó con McLaren para F-1, el sitio que le había prometido Zak Brown a Palou.
Esta confusa situación, en que Piastri pasó directamente, le mostró al español que había un engaño.
Alpine lamentó la salida de Piastri, una vez que había buscado tener a Fernando Alonso, que no quiso ser nana, y vino la oferta de McLaren que no respetó o consideró el compromiso ofertado al español.
Zak Brown entonces intentó justificarse: que Andreas Seidl fue quien tomó la decisión por el australiano. El juicio ha resultado desastroso para Brown, que ha quedado en la sombra de la falsedad. Los abogados de Palou acusan de hacer promesas falsas, de borrar conversaciones de WhatsApp para desinformar sobre el caso.
Brown, en su defensa, habla de que ofertó “limitadamente” sobre la opción de Palou en F-1. El cuatro veces campeón de Indy optó por romper con McLaren, sobre la base de un acuerdo basado en mentiras e impresiones falsas.
Con ello se fundió con Chip Ganassi, con los resultados espléndidos en campeonatos.
Porque McLaren jugaba la carta de que fuera su piloto en Indy. Pero McLaren no está al nivel de Ganassi, y como prueba, en el juicio se han discutido los resultados de Fernando Alonso con ellos. Palou declaró en la corte que Alonso es uno de los mejores del mundo en la era reciente. Los resultados, sin embargo, no fueron buenos.
Esos intentos fueron en 2019, en que no pudo calificar contra un piloto novato que lo desplazó en la Indy 500, Kyle Kaiser. En 2017, con otro equipo (Mario Andretti), Alonso dominó la Indy 500, pero cerca de la victoria el carro se rompió, terminó en 21. Nada notable de Alonso con McLaren. Los tribunales ahora tienen que leer las secciones deportivas como parte de la materia del juicio.
Menos mal son jueces británicos, no mexicanos, electos por tómbola e impuestos por acordeón y dedazo, y visiblemente ignorantes en su gran mayoría, gran regalo de la 4T.
La referencia se citó en el tribunal para demostrar que no alcanza el talento para ganar en el automovilismo si no se acompaña de una estructura eficaz.
Palou declara que nunca tuvo la intención de competir en IndyCar para McLaren. (Hoy, entre las noticias más recientes, resulta que Piastri no está contento con McLaren y su favoritismo por Lando Norris; opta por salir y se va a Ferrari, que le ofrece lugar en vez de Lewis Hamilton, que no se ha adaptado al estilo de la casa roja del caballo rampante).
Ante lo sucedido, Palou pidió a sus representantes que intentaran un lugar para él en la F-1 con el equipo Red Bull, lo que inicialmente le gustó a Helmut Marko (no a Christian Horner), pero a la hora de pasar al equipo del toro de Verstappen, Zak Brown y McLaren sacaron las uñas: exigían una indemnización fabulosa, incluyendo patrocinadores y costos legales, lo que lo hizo excesivo. Así perdió Palou una oportunidad dorada por la zancadilla de McLaren.
Ante ese bloqueo, Red Bull desistió. Palou revisó entonces las condiciones de McLaren en Indy y descubrió que sería el piloto peor pagado, detrás de compañeros como el mexicano Pato O’Ward o Alexander Rossi, con acuerdos distantes de ser atractivos, y los bonos, aunque eran cuantiosos, no igualaban lo que le ofreció el equipo de Chip Ganassi, ni consideraban que era el campeón reinante en toda una era de 4 años.
McLaren intentó terminar su faena con el piloto español, pero las negociaciones no mejoraban la oferta base. Absurdo.
Cuando vino el rompimiento, Palou creyó que no habría problema, pero los abogados estaban listos.
Los abogados de McLaren alegan que se invirtió mucho en su formación, lo cual resulta absurdo ante unas vueltas de práctica y sesiones en simulador, test privados; estuvo en el Gran Premio de 2022 de Estados Unidos, y ya no llegó a Miami en 2023 porque se habían roto los nexos.
A la inversa, los abogados de Palou alegan que McLaren sí se benefició de su experiencia y de su calidad demostrada en 4 campeonatos consecutivos en Indy, del prestigio y de la transferencia de conocimientos para su escudería de Indy, lo cual vale tanto como lo que dicen que le dieron.
McLaren demanda por todo: los patrocinadores, las renovaciones, la devolución de bonos, lo que según ellos les causó gran perjuicio económico y reputacional, dado que la ruptura del contrato les fue notificada judicialmente por los abogados de Palou, que se imaginó lo que vendría.
El caso desnuda a McLaren en el momento en que aspira a ganar el campeonato individual de pilotos, luego de hacerlo por equipos. Su pretensión es de saqueo, pero el caso está demoliendo en otros sentidos, como las pugnas internas “papaya” entre Lando y Piastri, que han llegado a una total animadversión cobijada por el deseo inglés de ser campeones con un piloto de su nacionalidad.
McLaren es visto como un tipo de cuidado cuando pretendas negociar con él: no se comporta como caballero, sino como filibustero, como asaltante. Eso raspa a la F-1.
Esto abre muchos cuestionamientos sobre la manera en que se negocia con los aspirantes. Si Palou hubiera sido un simple campeón aspirante de F-2 o F-3, no sería nada su caso.
Pero atrás de Palou está Indy, que de alguna manera es antagonista de la F-1 y que disputa la preferencia del continente, y que sabe que afectan a uno de sus equipos insignia con su campeón, al margen de que no sea estadounidense.
También la estructura de Ganassi, que es un equipo que puede ser más poderoso que uno de F-1; tal vez no Mercedes o Ferrari, pero sí mayor que muchos otros. Y es mejor ser el primero en tu serie que uno de tantos en la cola sin fin.
McLaren no es el único en aplicar este tipo de contrato, pero las condiciones leoninas se hicieron notar en su tiempo en Sauber, que esquilmó al piloto mexicano Esteban Gutiérrez, al que encandilaron con el sueño de la F-1. Atrás de cada escudería de F-1 están las firmas célebres de abogados para defender sus intereses, y una ferocidad que sale a la luz.
Palou está en manos de la ley británica, que resolverá apegada al texto jurídico, aunque ha demostrado que las pretensiones de McLaren son absurdas y se basan en ganancias potenciales que pudieron o no haberse ganado.
El caso ha desnudado a Zak Brown de falta de autoridad y de personalidad, porque Toto Wolff primero se muere antes que rajarse o prometer lo imposible, y Zak es solo un empleado en la estructura de McLaren; su palabra y decisión son cero a la izquierda. Toto se hubiera salido con la suya.
Por ello, el repunte y la posibilidad matemática de Max Verstappen causan tantos seguidores, porque los papayas no son de una conducta honorable, y Max les ha demostrado que es superior a todo McLaren. Pero la crisis Horner los sacó de llevarse otro título, aunque no ha terminado el campeonato todavía.
McLaren es capaz de hacer más errores estratégicos; incluso Piastri, disciplinado y frío, ya se hartó del juego pérfido por Lando, por parte de los directivos, y este ha llegado a chocarlo.
Piastri, sin duda, será un éxito en Ferrari, si llega. Un momento… todo eso cuando todavía no llegan al título individual. Mala señal.
Palou, en tanto, se defiende como gato boca arriba y revela cosas que no se saben y que, de lo judicial, pasan a mostrar la otra cara del negocio de la F-1, salpicando la casa naranja.
Era tan fácil haber cumplido y haber visto en McLaren de F-1 a Palou, pero el hubiera no existe.
Lo de hoy es el litigio y las explosivas revelaciones, y Palou es alguien notable en el automovilismo mundial, y lo hizo McLaren de alguna manera; sí les resultó perjudicial a su buen nombre, por obtener ganancias como un equipo desesperado, lo cual no es el caso. Una escudería que no sabe ser grande, aunque se corone.
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