Iván García Medina
Luego de la aplastante derrota que sufrió el PRI en Jalisco en 2015, el gobernador Aristóteles Sandoval no debe tardar en seleccionar los cuadros que competirán, entre ellos, los candidatos a senadores en 2018. Y ahí los aristogatitos andan a las caiditas.
El diario Mural en la columna de Pedro Mellado el domingo 24 de Julio de 2016 dio cuenta del tema y dice:
“Se eligen tres senadores por estado, que multiplicados por 32 entidades del País suman 96. Se agregan otros 32 senadores que se eligen de una lista nacional que presenta cada partido, y que se asignan en proporción directa al porcentaje de votación total que cada organización política logra en todo el País. En total el Senado de la República tiene 128 integrantes que duran 6 años en sus cargos.
“En Jalisco habría varios personajes apuntados para buscar una candidatura al senado por el PRI, algunos de ellos como premio de consolación si no obtuvieran la postulación para la Gubernatura o las alcaldías de Guadalajara o Zapopan. Entre ellos estarían el actual Secretario General de Gobierno Roberto López Lara; el Secretario de Educación, Francisco de Jesús Ayón López; al Fiscal General del Estado, Jesús Eduardo Almaguer Ramírez y el Secretario de Desarrollo Social, Miguel Castro Reynoso”.
Bueno, aquí la lógica dice que el gobernador no sólo debe buscar alguien que reditúe electoralmente sino buscar alguien de su plena confianza y que desde el inicio de esta administración hubiere demostrado en momentos difíciles, la habilidad de negociación para coadyuvar y mantener la gobernabilidad del estado.
Sobre todo, la lealtad para que al final de su gestión sea quien cierre el “changarro” y cuide su salida. Y esas cualidades inclusive la de la discreción, Roberto el chino López no las conoce. Los otros, parece que sí.
Claro, el senado lo integrará el próximo candidato del PRI a la presidencia de la República. Aristóteles opinaría si le atina.
