Nadie se puede reír en un debate y menos de las acusaciones que se le hacen a uno. Ni que fuera uno una hiena, o un chacal. Y Pablo Lemus Navarro sonrió siempre cuando era señalado por los candidatos, de ser muy corrupto, de exigir moches a constructoras, de estar doblemente amparado ante el SAT, de endeudar a Zapopan.
Y el traía otros datos, otro guión, etcétera, según dijo y reveló su claro lenguaje corporal.
Carlos Lomelí -según sube video Mural- le dijo: “Eres perverso (sic), chaparrito (sic@).
Mientes (sic) y eres corrupto (sic), o sea, claro que no he tenido nunca nada que ver, es más, te reto (sic) a que nos veamos mañana a las 10 de la mañana, tú con tus documentos, yo con los míos, a ver quién está más limpio”, respondió Lomelí.
“Lemus le pidió que no se enojara”.
En conclusión: Lemus se rio, no contestó al desafío y cuando se le preguntaba algo difícil o imposible de desmentir miraba a su interlocutor con furia, con rencor.
A eso van los tapatíos. Por otro lado, Juan José Frangie cerró la puerta a los no Lemusistas: en caso hipotético de ganar los comicios tendrá -dice a Enrique Toussaint que le hizo una entrevista vergonzosa- el mismo gabinete al 95% que tuvo Pablo Lemus.
O sea, viene el rencor hacia los actores políticos y el desdén a la gente.
En fin.
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