Por Manuel Gutiérrez
¿ Por qué no lo remedian?
¿Por qué no se deshacen de ese agujero sin fondo?
Pemex merma las finanzas del país y lo arrastra desde hace más de 80 años. Muy pocos momentos felices ha tenido Pemex a lo largo de su existencia en que administradores excepcionales y honrados lograron que tuviera ganancias. Pero toda su historia es igual: Sombría y oscura, como la promesa de pagos que realiza a proveedores y que incrementa en forma sensible su adeudo.
Forbes realizó una serie de artículos que de manera exhaustiva muestran la realidad de la empresa pública energética de México. El País, Proceso, todos los medios que se aproximan al tema, se percatan del fracaso sin fin.
Pero la presidente Claudia Sheinbaum, sigue operando y tolerando a este tipo de empresas crónicamente deficitarias, ineficientes, corruptas y en ningún modo palanca del desarrollo nacional, sino un laste al presupuesto de México y lo encubren con el discurso político mañanero sin un cambio visible y poderoso que hable de su decisión.
El primer trimestre de este año 2025, causó la pérdida de 43 mil 328 millones de pesos, que explicó la propia empresa pública de todos los mexicanos, -que sólo genera utilidades fabulosas para unos cuantos, sus altos jefes-explicando que fue hubo disminución de ventas, incrementos en su gordo e ineficiente aparato administrativo, pese a las reiteradas promesas de que serán más sobrios en sus gastos, austeros en sus operaciones y certeros en sus decisiones y que han corrido gente, con indemnizaciones superiores a las de ley por lo menos.
La deuda global de Pemex, ha logrado ya los 102 mil millones de dólares, pese a las transferencias de recursos que no se justifican porque es una ruina, escalando cifras, dado que en el cierre del 2024, presentaba un adeudo total de 97,600 millones de dólares. Pero en todo el año pasado y parte de este, por 4 trimestres, ha logrado sumar la fabulosa deuda de 273 mil millones de pesos.
Definitivamente sería más fácil que Hacienda gravara el consumo de combustibles de importación y la nación percibiera ganancias, en lugar de facilitar las enormes pérdidas. La empresa presentó por gestión de la presidente, un nuevo plan de negocios, pero resultó insustancial y el nuevo director de Pemex, Víctor Rodríguez, se suma a la legión de funcionarios ineptos que gozan de la oportunidad de dirigir la empresa que fue considerada la esperanza nacional.
La cerrazón energética del presidente anterior López Obrador, propició enfrentamientos con inversionistas extranjeros que terminaron cancelando asociaciones con Pemex y hubo choques legales y se ahuyentó la apertura de la era de Peña Nieto.
De la misma forma no ha logrado atraer a los campos de extracción inversiones necesarias. Hay descubrimientos de nuevos depósitos subterráneos o marinos de petróleo, pero no hay dinero, ni capacidad tecnológica para desarrollarlos.
La existencia de una red internacional de muy alto nivel denunciada por Omar García Hartfuch, de huachicol fiscal, en que se mencionan como en Círculo Magenta, hasta a Mario Delgado, actual secretario de Educación, y a otros funcionarios de primer nivel, en que se menciona a Adán Augusto López, que Andy López Beltrán, tiene también nexos con el mayor y más fabuloso negocio de los políticos mexicanos, el tráfico de combustible. Pero es de dudarse que la justicia llegue a esos niveles. La especulación sin embargo no es desmentida.
Esto adicionado a las tomas clandestinas realizadas en forma creciente en diversas entidades de más de un tercio del territorio nacional, sangran las capacidades de ingresos de Pemex.
Adicionalmente, México mantiene donaciones paternalistas de petróleo de la mejor calidad para sostener la dictadura de Cuba, en una solidaridad que perpetua los errores de ambos gobiernos en perjuicio de sus habitantes. Tan culpable es que los explota, como el cómplice que lo mantiene en esa condición.
Incluso la actual presidente ha reconocido las donaciones por 500 millones de dólares de combustible para Cuba, lo que resulta incongruente en extremo, por más ideología de izquierda enfermiza con que se pretenda justificar ese entuerto.
Pemex, está a un milímetro de la quiebra total, pero la visión perversa del presidente anterior el Peje, lo convirtió como la CFE que tiene adeudos similares en cantidades menores y que al igual resulta pobre proveedor de la demanda de electricidad a nivel nacional, en empresas públicas, lo que significa que los recursos financieros de la nación, responderán para pagar sus errores y sus pérdidas sin fin, pero los recursos tienen límites.
Los políticos se enteran de la realidad, pero en criminal complicidad bajo los elevados ingresos como diputados, senadores o en cargos de gobierno, aplauden el “patriotismo” con que se defiende este error en nombre de la “soberanía nacional” que resulta más expuesta que nunca por políticas que nos atan a esferas de corrupción y dependencia eterna, para mantener el negocio de unos cuantos de las compras de combustible.
Es tan grave el caso del huachicol, que 10 millones de litros de combustible decomisado por 20 millones, bajo custodia de la Marina Armada de México, desaparecieron en un hecho que no ha discutido la presidente Sheinbaum, que prefiere debatir sobre democracia con el expresidente Ernesto Zedillo, que regresó a la esfera intelectual y política para denunciar un proyecto de aberrante conducción a la dictadura por este gobierno por concentrar el poder.
La expropiación, se ha convertido en una leyenda de gesta, pero su finalidad narrativa es encubrir el desfalco de mayores proporciones a lo largo de la historia de México, llegándose al extremo si dicha expropiación solamente abrió el apetito voraz de los grandes políticos que siguen festejando los fracasos en el Tren Maya, en el AIFA, en Mexicana, todas empresas del corporativo militar, subsidiado por nuestros impuestos en una política suicida para hundir al país en una crisis que se resuelva con una pretexto autoritario, como la destrucción el primero de junio del Poder Judicial independiente.
La elección se ha señalado como un escollo que repercutirá en el nuevo TMEC y que permitirá el arribo de improvisados, siervos del partido oficial y hasta ahora único interesado en promoverla, presentado candidatos hasta vinculados con el crimen organizado, sin que se haga nada depurar el padrón electoral aún como novedad, son tantas las deficiencias de ese proceso que será copado por las militancias del partido oficial.
Pemex es en verdad un pretexto para prácticas de corrupción de una gran Mafia del Poder, básicamente, es una tapadera de grandes negocios que han ver pequeñas a las estafas maestras. Los barcos entran por los puertos del Golfo, trasvasan sus contenidos incluso en altamar, o son amparados con registros ficticios y luego el combustible es distribuido por redes cómplices a lo largo del país, en gasolineras establecidas o protegidas.
Porque Pemex sabe que existen concesionarios que nunca le han comprado nada, pero expenden combustible nadie sabe de dónde procede.
Se debe exigir que la investigación exhiba a los involucrados en ese perverso negocio y que se les apliquen las penas que marque la ley, callar y distraer mientras se realizan estos grandes negocios, son algo similar a la tolerancia con los carteles a cambio de recursos financieros, de apoyos políticos y de compadrazgos, que distinguieron a la política de abrazos, no balazos y que relacionaron a López Obrador y su familia con el cartel de los Chapos.
De otra manera, México quedará en manos protervas, malignas. Y la gobernabilidad de esta presidenta, quedará truncada a entretener con sus mañaneras, mientras muchos de los destacados líderes de Morena, la desafían, o solapan este enorme negocio.
Adicionalmente la falta de mantenimiento de un ducto de 1970 causó un derrame catastrófico de crudo en las playas de Paraíso, Tabasco, y otras zonas del litoral, afectando pelícanos, peces, y aniquilando la actividad de pesca en la zona, aunque personal de Pemex trabaja en la zona, el daño y sus alcances no son revelados como otros asuntos de la agenda presidencial, otro desastre causado por Pemex y su nulo mantenimiento, por su endeudada incapacidad.
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