1.- La nota de la semana no fue la espectacular victoria de Jaime Rodríguez El Bronco para meterse en la boleta electoral presidencial, sino la certeza de que el Tribunal Electoral y el Instituto Nacional Electoral fueron penetradospor intereses priístas, perdieron credibilidad y no tienen el control del proceso.
2.- La conclusión en medios fue muy clara: El Broncofue registrado para afectar a López Obrador y darle un respiro al priísta-no priísta José Antonio Meade Kuribreña. Pero la primera encuesta después del arranque oficial de las campañas no registró cambio en la posición de los candidatos. Es decir, Meade sigue sin desplazar al panista-perredista Ricardo Anaya.
3.- La nueva ofensiva judicial contra Anaya al terminar la semana pasada dejó claro que no hay ningún pacto presidencial con el panista y que seguirá el acoso mediático para bajarle expectativas electorales. Los periodicazospolíticos en el mundo de las redes sociales no matan, aunque pueden atarantar lo suficiente.
4.- Transcurridas dos de las trece semanas de campaña electoral hay tres datos reveladores: ninguno de los tres principales candidatos tiene alguna sorpresa guardada, Anaya y Meade están confiados en bajarle puntos a López Obrador en los debates y el factor Bronco no cumplirá las expectativas oficiales para afectar a López Obrador.
5.- El Consejo Coordinador Empresarial perdió su papel de factor real de poder o de poder fáctico porque su función hoy es la de servir de ariete contra el populismo de López Obrador. Su pasarela no sirvió para quemar al morenista, ni para fortalecer a Meade. Eso sí, su defensa del modelo neoliberal lo convirtió, más bien, en otro elemento para votar en contra del PRI-Meade-Peña Nieto. Como sector invisible del sistema político priísta, el CCE sólo defiende la tasa de utilidad empresarial.
6.- El factor Trump permitió quince minutos de gloria nacionalista oficial, pero no prefiguró una nueva estrategia geopolítica de seguridad nacional de México con los Estados Unidos. La presencia semi militar de la Guardia Nacional en la frontera sur estadounidense seguirá creciendo, sin que México redefina su política exterior bilateral.
7.- La aparición del ex presidente Carlos Salinas de Gortari en el escenario político en la celebración de su setenta años careció de malicia y no tuvo efectos políticos, ni siquiera por la presencia del presidente del PRD en la fiesta. Salinas ya no pinta en la política, aunque su modelo económico neoliberal seguirá vigente. Si López Obrador gana las elecciones, el ex-neo-pos populismo exhibirá el alto costo social de un cuarto de siglo de salinismo neoliberal.
8.- La rectoría de la UNAM ya votó a favor de López Obrador porque la programación de su televisora ha beneficiado a los lopezobradoristas. El vocero morenista John Ackerman tiene un programa de quince minutos a la semana y los dedica a atacar a los adversarios de López Obrador y a adorar al candidato de Morena. La esposa de Ackerman es candidata al gabinete del tabasqueño.
9.- La votación presidencial no será por el modelo económico –neoliberalismo versus populismo–, sino comoun voto de castigo contra el PRI.
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Política para dummies: La política es el imperio de las expectativas.
Si yo fuera Maquiavelo: “(Método para mantener el poder en una sucesión papal): exterminar a todos los descendientes de los señores a los que había despojado, atraerse a los nobles de Roma para enfrentar al nuevo papa, reducir el colegio cardenalicio y adquirir más poder que el papa sucesor”.
Sólo para sus ojos:
@carlosramirezh
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