En abuso de autoridad se podría estar constituyendo el delito que la administración municipal de Guadalajara que preside Pablo Lemus Navarro comete por enviar agua contaminada con bacterias a los hogares de Tapatíos. Claro, además de negligencia criminal, probar su ineficacia, y asestar un fraude al consumidor cobrando por proveer agua potable y dar en cambio agua no potable.
Hoy miércoles 23 de marzo de 2022, nos amanecimos con la noticia que el SIAPA, organismo operador del agua que administra el Estado por un convenio sucio, dinerero, y que debería por ley operar el municipio como lo marca el artículo 115 constitucional, nos hace llegar a los ciudadanos tapatíos “agua potable” con bacterias fecales.
Leamos parte de la nota de Mural: “Siapa surte agua con bacterias fecales
“Agua potable con coliformes fecales por encima de lo que permite la Norma Oficial Mexicana 127 es la que siguió dotando el Siapa este mes en al menos dos colonias del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG).
“De acuerdo con estudios de laboratorio que realizó la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios de Jalisco (Coprisjal) la primera semana de este mes, el organismo surtió agua potable con bacterias de origen fecal por encima de la norma en Colinas de la Normal, Guadalajara, y en Tlaquepaque Centro.
“También detectó olor desagradable en el agua suministrada en Loma Dorada, en Tonalá, mientras que en otros 30 muestreos realizados principalmente en colonias de Guadalajara, la Coprisjal no registró irregularidades”.
Bueno, también debemos precisar que conforme a la ley, lo que comete el Ayuntamiento de Guadalajara es abuso de autoridad, por parte del alcalde según lo marca el Artículo 146 en su fracción IV “cuando ejecute autorice o permita cualquier acto atentatorio a los derechos garantizados por la Constitución Política de los Estados Unidos, y por la del Estado”.
Ayer martes, la regidora de Guadalajara Candelaria Ochoa, precisamente solicitaba al Cabildo y desde luego al presidente Pablo Lemus Navarro que el municipio retome la rectoría del servicio de Agua Potable, lo anterior en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Agua.
Cabe señalar que el alcalde erogará hasta 800 millones de pesos por el contrato de arrendamiento de Patrullas que adquirió a sobreprecio; que tendría una pérdida al ayuntamiento de Guadalajara de más de 400 millones de pesos. Obvio, esto no entraría a las arcas del municipio sino que se irían a manos de particulares -je-, patrullas que además no han sido entregadas a la Comuna pero el alcalde Pablo Lemus ya está pagando las mensualidades correspondientes de un servicio que aún no se presta.
Mejor debería cancelar dicho contrato y aplicarlo a dotar el servicio de agua potable de calidad.
Pillos insensibles.
