En Jalisco todo o casi todo opera contra el ex candidato a gobernador, ex candidato a presidente municipal de Guadalajara perdedor -por tanto solo es regidor de oposición- Carlos Lomelí Bolaños: lo combaten y no de ahora, el gobernador Enrique Alfaro Ramírez; grupos internos de Morena nacionales, grupos internos de Morena locales y ex aspirantes que hasta han grabado sus amargas experiencias en redes sociales.
El empresario farmacéutico enfrenta ataques por su proceso administrativo -que ganó- ante la Secretaría de la Función Pública, aunque tuvo que dejar la delegación de Bienestar por el procedimiento y por mil cosas más: ahora se le viene otra crisis porque lo están acusando que ya habría ‘pactado’ con el presidente municipal que le ganó, y ahora afirman que habría conseguido una partida mensual importante para pagarle a sus asesores, pero de este acuerdo no notificó a los regidores que lo acompañan en la planilla.
Ya lo dejaron varios actores por su temperamento y porque sigue asumiendo que es el factotum de la 4T en Jalisco pero ya no ocurre así.
El talón de Aquiles del empresario farmacéutico es que no ha sabido escuchar y las decisiones que motu propio ha tomado, lo tienen prácticamente estancado.
Actualmente, su situación se ha agravado, lo siguen dejando sus amigos de antaño, otros solo fueron aventureros y los acuerdos que ha hecho con diferentes actores no los ha cumplido, lo que deja mal parado a Lomelí que hoy lo único que genera es desconfianza en la clase política.
Es grave que ya en la regiduría tapatía, trasciende que logró una espléndida partida mensual de 300 mil pesos como apoyo para el pago de asesores pero se sabe que lo está aplicando para reclutar a personal que labora en sus empresas, que no tienen experiencia política ni en la administración pública y le ocasionará otro tropiezo en su cadena de adversidades.
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