Horacio Villaseñor
Con tanto “gobernante” inepto ni el modelo administrativo incremental, creado por Henri Fayol a principios del siglo pasado, propuesto como base de la administración moderna para gobiernos “limitaditos”, a través de funciones de planificación, organización, dirección y control para irse por las ramas, les ha servido. La razón, el colmo, los gobernantes de ahora son más limitados que los “limitaditos”. Nos hemos acostumbrado a que los gobiernos no gobiernen y solo le hagan al cuento. Me explico: Creemos, erróneamente, que la función de los ayuntamientos, el motivo fundamental de su creación es retirar árboles caídos; tapar hoyancos en las calles; desaguar las aguas servidas encharcadas; instalar semáforos donde hay accidentes; enviar policías cuando ya te asaltaron o robaron; dar apoyo económico a víctimas de una desgracia como la reciente explosión de un vehículo pipa de gas; etc., siempre estar atrás, mejor dicho detrás del problema, cuando en realidad el problema es su ineptitud. Su función, realmente, es preventiva, deben evitar que escasee el agua; que haya inundaciones; que el drenaje no corra a cielo abierto; que haya pasos a desnivel oscuros; que haya bolsas con basura en las banquetas; también evitar que las criptas, en los panteones, se derrumben, que haya peligros; que falten mercados públicos cerca de casa y además, que estén hechos un asco y sin espacios de estacionamiento; su trabajo es evitar haya accidentes de tránsito; que las empresas privadas no llenen la ciudad de propaganda sin permiso y de cables colgando por todas partes; etc., la acción gubernamental debe ver con anticipación el problema para que no se presente, actuar antes, no es reacción gubernativa lo que sirve, pero es lo que hay. Gobernantes que hagan lo que deben hacer, como dice conocido comediante, “no hay, no hay”. Si se procediera con juicio político por no poder a quien se otorga poder público para que pueda cumplir la ley y hacerla cumplir, “otro gallo cantaría”, pero el juicio, por ley, le corresponde hacerlo a los “legisladores achichincles” o miembros de una misma facción política, así que no se podrá, nos podemos sentar a esperar. La reacción de las y los diputados locales ante el fenómeno de gentrificación, regulando rentas Airbnb o alojamiento alternativo a los hoteles, solo es otra estupidez más. Lo que está sucediendo, al respecto, es consecuencia de que el ayuntamiento no ha cumplido, su función, su obligación es lograr que los servicios públicos sirvan, no debe haber áreas del municipio más atendidas que otras, mucho menos desatendidas y abandonadas. Creer que se puede controlar el mercado inmobiliario y sus consecuencias negativas interviniéndolo en lugar de “apuntar la flecha” a la raíz del problema que son ellos mismos, no servirá. Sí, hacer eso es más fácil que lograr que el ayuntamiento funcione, pero regular rentas solo es un distractor para ganar tiempo y hacer creer que los diputados trabajan. Si todas las colonias tuvieran servicios de primera, no habría zonas mejores que otras, todas serían atractivas y al haber más oferta que demanda, las rentas bajarían naturalmente, el valor de las propiedades subiría, el gobierno cumpliría y todos ganaríamos, pero ser un ayuntamiento eficiente es complicado y hacer una ley inservible para regular rentas Airbnb no tiene chiste, es solo para hacerle al cuento y entretener porque no pueden hacer lo que se debe hacer. Ni hablar.
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