Iván García Medina
Menuda sorpresa e indignación afectó a los integrantes del Senado de la República cuando el senador jalisciense Jesús Casillas Romero presentó un punto de acuerdo para que la Cámara Alta enviara un respetuoso exhorto al Ayuntamiento de Zapopan que preside el voraz Forrest Gump Pablo Lemus Navarro, a fin de que reconsidere los artículos 71 y 72 del reglamento de construcción que exige tramitar un permiso municipal para pintar las casas.
Ayer jueves 9 de marzo, al conocer los hechos, los senadores primero soltaron las risotadas pero después se irritaron por el terrible requerimiento ya que vieron en el mismo, el abusivo criterio de quien fuera presidente de México, Antonio López de Santa Ana de cobrar impuestos por tener ventanas.
El punto de acuerdo dice: “Los suscritos, Senadores JESÚS CASILLAS ROMERO y JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ MARTÍNEZ, con fundamento en los artículos 8, numeral 1, fracción II y 276 del Reglamento del Senado de la República, sometemos a la consideración de esta honorable Cámara de Senadores, la siguiente proposición con Punto de Acuerdo que exhorta respetuosamente al Gobierno Municipal de Zapopan, Jalisco, a reconsiderar los artículos 71 y 72 del Reglamento de Construcción para el Municipio de Zapopan aprobado el pasado 31 de enero, así como a realizar las adecuaciones conducentes, en virtud de que en sus contenidos se advierten disposiciones regulatorias excesivas y hasta irracionales, como el caso de considerar obras menores sujetas a permiso municipal algunas como la pintura, carpintería y cristalería; al tenor y en virtud de los siguientes antecedentes”.
El senador Casillas aclaró: “No estoy haciendo alusión a eventos de hace más de 160 años, cuando el gobierno del General Antonio López de Santa Anna, extendió los cobros de los impuestos a la población por cada ventana y puertas de sus viviendas, y hasta las luces exteriores.
“En este caso, me refiero a un evento de actualidad en el que el gobierno municipal de Zapopan nos hace recordar las anecdóticas e históricas reformas fiscales de Santa Anna”.
“Aun así, de gracioso no tiene nada, pues basta imaginarse nada más, el supuesto en el que para cambiar los cristales de una ventana o dar “una manita de pintura” a la fachada se haga necesario acudir al municipio por un permiso, recabar los requisitos y seguramente perder un día de trabajo para el susodicho trámite.
Mientras los programas de la Secretaría de Desarrollo Social llegan a apoyar a la población con pintura para coadyuvar a una mejor imagen del entorno urbano y una comunidad digna, el gobierno municipal le pone la mejor de las trabas”.
Ahora entiendo por qué en el centro del país ven a Jalisco como rancho y me doy cuenta por qué el alcalde zapopano siempre fracasó como empresario.
Bien por Jesús Casillas. Si Pablo Lemus no recibe un alto, pronto vamos a tener un presidente municipal como Layín, como Pancho Cachondo, o un bufón.
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