El candidato más fuerte a presidir Morena es Mario Delgado. Dos elementos lo hacen favorito: que es el más atacado porque va adelante y que no contesta con agresión para no lesionar a quienes mañana representará. Y se nota que el presidente Andrés Manuel López Obrador, al no meterse, está de acuerdo en cómo va el proceso.
Esta semana será crucial para Mario Delgado y para seguir amarrando, no la victoria, que esa está asegurada, sino para ir atando el mayor número de lazos con los grupos que si bien hoy pelean cargos en el próximo CEN de Morena, ya están pensando en apuntalar a la 4T.
Este fin de semana estuvo en Jalisco y son suficientes las tablas que mostró. Es el discípulo más aventajado de Marcelo Ebrard y conduciendo con solvencia un poder que tiene a 500 personas de distinto pensamiento, como es el Legislativo con los aguerridos diputados federales, probó que está listo.
Va a ser el próximo presidente de Morena, si no descarrilan la encuesta.