Para el gobernador Enrique Alfaro todo es “fácil”. Armar negocios, otorgar contratos como sea, solicitar mega endeudamientos, Y si tiene modo, viola la ley, siempre que hace falta. Pero ayer llegó a su tope: la Fiscalía General del Estado de Jalisco, a cargo de Gerardo Octavio Solís recurrió a tácticas bestiales, brutales, como el propio mandatario posteó en twitter y Facebook.
Todo poder, todo, tiene límites: legales y los metalegales.
Alfaro optó por el absolutismo y el sistema morsa, que no morse. Rodearse de morsas o focas que lo aplaudan por todo.
Si anoche anunció medidas drásticas, ya en un desplegado ayer la UDEG le solicitó la destitución del Fiscal Gerardo Octavio Solís.
Pero hacer levantones antes de que llegaran a manifestarse, subirse a camiones, desaparecer de manera forzada a jóvenes, retrata a un gobierno premoderno, salvaje, nada más y MC encara la modernidad.
Y su subsecretaría de Derechos Humanos vale para lo que se le unta al queso. Nada.
Es terrible la crisis de Alfaro: o la remedia o lo tumban. Hay violaciones constitucionales y Andrés Manuel ya le echó a la CNDH. Ahí vienen.
PD. Ya se habla que hay chivos expiatorios, a ver quién se las compra…