El atentado que sufrió hoy viernes 26 de junio por la mañana en pleno Paseo de la Reforma en la congestionada Ciudad de México el secretario de seguridad del gobierno capitalino Omar García Harfuch revela muchas cosas que hoy mismo observo, sin que todavía haya fluido mucha información oficial. De entrada, veo que, en la mismísima capital del país, sede de los poderes federales y destaco esto, el Cartel Jalisco Nueva Generación pelea con el Cartel de Sinaloa y se los traduzco de una vez: guerrean Jalisco contra Sinaloa en la CDMX.
Datos que destacan:
Falló el sistema de inteligencia del gobierno federal porque no detectó con eficacia el operativo-ataque o si lo detectó, lo dejó pasar. Hay errores garrafales al margen de que se sabía del atentado -el 17 de junio lo divulgó Raúl Rodríguez Cortés en su columna de El Universal-. La logística de traslado del secretario Omar García es pésima. El atentado lo efectuaron en avenida Reforma, muy transitada siempre y a esa hora más. Estudiaron el tráfico varios días, y nadie lo percibió,
Esta es una disputa intensa entre grupos de Sinaloa y de Jalisco, pero ya trasladada a las calles de la Ciudad de México. En una vivienda entró una bala y la familia se salvó gracias a Dios. Ya saben allá lo que se vive en todo el país y el problema se agravará, aunque no necesariamente en la capital del país y no necesariamente ahorita. Este ataque revela que si la CDMX está en disputa ya la guerra se ha desatado abiertamente.
Lo hizo un grupo que sabía iba a morir o a ser detenido, pero profesional. Si el ataque falló fue porque Dios quiso. Ellos sorprendieron al convoy del secretario y perforaron su unidad. Lo hirieron de 3 balazos y hasta esquirlas le llegaron. En el lenguaje sicario fallaron, pero no por miedo. Atacaron con armas antiblindajes.
Este ataque prueba que en México nadie está seguro, nadie.
Aproximadamente a las 11:20 am me entero de un tuit del gobernador de Jalisco. Un tuit muy raro de fría condolencia.