Iván García Medina
¡Nooo buenoooo! Pablo –díganme Forrest Gump- Lemus Navarro, presidente municipal de Zapopan, salió más chueco, pero más chueco, que la choza chueca del tío Chuy. Por chueco, no lo quieren sus tíos paternos, no lo quieren en la Coparmex que presidió, no lo quieren sus suegros –lo toleran ahora que ya se está reponiendo de sus crisis bancarias- y se me hace que ahora tampoco lo quieren en Movimiento Ciudadano. Pero no le importa, con que lo quiera Aristóteles Sandoval, el gobernador fallido –dice Raymundo Riva Palacio- del PRI de Manlio Fabio Beltrones, con eso se conforma.
Hoy lunes 7 de marzo en El Informador, en la columna Allá en la fuente, leemos la loca carrera que Forrest Gump Lemus ha emprendido –no se ría, es muy serio esto- por hacerse de la gubernatura de Jalisco en el 2018 y va atropellando a todo el que está en su entorno porque el gobernador de Jalisco le enseñó una zanahoria que a Forrest Lemus se le hizo atractiva.
Leamos: “Que el romance PRI-MC es ahora entre Pablo Lemus y Aristóteles Sandoval (sic). El alcalde zapopano no falta a las invitaciones (sic) del Gobierno estatal y es el único que ha hecho eco a la propuesta del gobernador para crear un fondo metropolitano peso a peso con el Gobierno estatal. Y también copete con copete (sic), pechito con pechito (sic), ombligo con ombligo (sic)”.
Usted no va a creer pero tal parece que tanto Pablo Lemus como María Elena Limón ya conjugan en coro el verbo chamaquear en segunda persona del pretérito y dicen a Aristóteles: “Usted me chamaqueó”.
Esto se entiende más cuando leemos la columna Cronos del diario Crónica de Jalisco el pasado lunes 29 de febrero: “¿QUÉ PASÓ AHÍ?… A todo el mundo naranja sorprendió la rapidez con que María Elena Limón se fue directa a Casa Jalisco (sic) para solicitar el apoyo del gobernador ante la ola violenta que le costó la vida a tres elementos de la policía de Tlaquepaque y la renuncia de su comisario. Cuando todo parecía que sería un asunto de familia (naranja), la presidenta pareció brincar las trancas (sic) y sin más se fue con las autoridades estatales a pedir su intervención. De ahí que el nombre de un comandante estatal fuera manejado para ocupar la dirección de la policía de Tlaquepaque, pero horas después, seguramente con el consenso de los otros alcaldes se aprobó cederle elementos de la Policía Municipal de Guadalajara para apuntalar su corporación y sin duda un buen jalón de orejas para que no se salga del redil”.
Se entiende perfectamente que a María Elena Limón la chamaqueen los aristogatos, pero que a Forrest Gump le enseñen la zanahoria y corra velozmente por ella, no. Son Limón y Forrest Lemus, dos anaranjados pálidos que se bajaron voluntariamente del ferrocarril de Enrique Alfaro 2018, para andar a pie en el otro sexenio pensando que tienen mejor futuro con el gobernador amateur y fallido Aristóteles Sandoval que con Enrique Alfaro a quien –sin moverse- los analistas nacionales evalúan como precandidato presidencial junto a Jaime Rodríguez y Miguel Mancera.
¡Pufff! ¡Qué nivel de Forrest Lemus!
