Por Amaury Sánchez G
Columna publicada en la esquina de las redadas y el Tratado de Libre Comercio
Pues resulta, damas y caballeros, que mientras usted se anda peleando con el del gas por los dos kilos que le faltan, allá arriba —donde los cárteles no se llaman Sinaloa sino Comité de Comercio Exterior— se están aventando una guerra de proporciones épicas: fentanilo, metralla y diplomacia, con personajes tan variados como Harfuch el Implacable y Trump el Gritón del Norte.
Sí, señoras y señores: este nuevo capítulo de la telenovela México–EE.UU. se llama “Yo pongo los muertos y tú el arancel”. Porque mire usted: mientras nosotros acá decomisamos más de 3 millones y medio de pastillas de fentanilo, el otro lado nos recompensa con una sonrisa y una amenaza de impuesto.
Harfuch: el Batman de la Cuarta
El buen Omar García Harfuch, que parece salido de La Ley y el Orden, pero versión Tepito, ha entrado con todo. En 9 meses de operativo federal, el tipo no ha tenido descanso:
Se aventó 204 toneladas de droga decomisada,
Desactivó 151 artefactos explosivos (sí, ¡como si fueran piñatas del crimen!),
Le tumbó 1,160 laboratorios clandestinos al narco,
Y detuvo a 784 changos criminales solo en 15 días.
Nomás en Sinaloa, el Harfuch armó un desmadre tan profesional que hasta los cocineros del Cártel pidieron vacaciones. En lugar de metanfetamina, ahora están vendiendo buñuelos.
Trump: el sheriff que dispara tuits
Y del otro lado… aparece Trump con su clásico estilo: gritando más que actuando, pero eso sí, firmando decretos como quien firma autógrafos. Amenazó con poner un arancel del 25% si México no se ponía las pilas con el fentanilo.
¿Y qué cree? Sí se pusieron las pilas, pero con chaleco antibalas. Claudia Sheinbaum le mandó 10,000 elementos de la Guardia Nacional a la frontera y Trump dijo: “¡Qué bárbaros los mexicanos, están cooperando!”. Claro, porque si no, nos iba a cobrar más por exportar jitomates que por cruzar migrantes.
Pero bueno, se agradece que al menos esta vez Trump no pidió que construyéramos otro muro, sino que construyéramos confianza (con militares y decomisos, eso sí).
¿Y los cárteles de allá?
Ah, porque aquí viene lo bueno. Mientras Harfuch desmantela laboratorios y Sheinbaum despliega tropas, uno pensaría que en EE.UU. también están barriendo su casa, ¿no?
¡Pues no, chato!
En Estados Unidos no hay cárteles “oficiales” gringos, porque allá les dicen “organizaciones criminales locales” o “gangs”. Son como los cárteles, pero con relaciones públicas.
Tienen a los Latin Kings, los Sureños, los Crips, la Chaldean Mafia, y muchos más. ¿Y sabe cuántos están ligados al tráfico de drogas? Casi todos. Pero a ellos no les dicen “narcos”, les dicen “delincuentes juveniles”. Nada más porque no hablan con acento de Sinaloa.
Conclusión con picante
Así que mientras México pone los muertos y las estadísticas, Estados Unidos pone… las quejas y los consumidores. Porque no se nos olvide que:
Allá se consumen las drogas,
Se fabrican las armas,
Y se lava el dinero en bancos con nombres en inglés y accionistas en Suiza.
En resumen: Harfuch va con todo, pero el narco sigue nadando en dólares con pasaporte gringo. Trump podrá seguir gritando que los malos están acá abajo, pero la mitad de los socios del crimen tienen ciudadanía estadounidense y el otro 30% tiene oficina en Wall Street.
Ya pónganse de acuerdo, ¿no? Porque esto ya parece partido de futbol donde México corre todo el partido… y Estados Unidos se lleva el trofeo sin despeinarse.
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