Como va:
En el PRI Jalisco las cosas mejoran y mucho. Todos quieren administrar la derrota, encabezar la reconstrucción del partido, pero quien encabeza la primera rebelión ‘armada’ -no se ría, es serio- es Miguel Castro Reynoso, el candidato priista derrotado en la lucha por la gubernatura, quien ya recorre todo Jalisco -amenazó con ir a cada municipio a dar gracias por la golpiza que les metió no solo Movimiento Ciudadano sino también Morena-, más libre de ataduras y con amenazas al gobernador Aristóteles Sandoval quien no oculta la furia que lo embarga por este desafío.
Lo que hace Miguel Castro lo están haciendo todos, a nivel nacional es José Murat quien más desafía a Enrique Peña Nieto, pero también el presidente de la República quiso remover a René Juárez Cisneros para colocar en su lugar a Emilio Gamboa y el guerrerense no se dejó, y no solo eso, logró que el líder nacional de la CTM -que luego es fácil que recule- lo “ratificara”.
No es raro lo que pasa entonces en Jalisco. Pero leamos cuidadosamente lo que ha subido a su perfil de twitter Miguel Castro y entenderá por qué Aristóteles Sandoval está furioso o lo que le sigue: “Voy a recorrer el estado para agradecer a los más de 570 mil (sic) jaliscienses que votaron por mí…
“…En materia de seguridad hay una deuda (sic) con los ciudadanos, porque no se alcanzaron (sic) metas…
“…Que los militantes nos hagamos cargo del gasto de nuestro partido y que los partidos respondan (sic) por sus malos (sic) gobernantes…
“No me arrepiento de haber sido candidato de jalisco, no me arrepiento de nada, fue un honor representar a mi partido en el proceso electoral y obtener más de 570 mil votos”.
Como luego muchos dicen no entender lo que unos hacen y yo solamente analizo, como muchos no tienen el tamaño moral ni político -son ninis de la política o políticos a la carrera- les traduzco lo que Miguel Castro quiere hacer.
Empezamos: Como a Miguel lo nombró candidato a gobernador el entonces presidente del CEN del PRI Enrique Ochoa “por acuerdo presidencial y del candidato José Antonio Meade”, y el gobernador Aristóteles solo lo ayudó en el mitin de cierre de campaña en el auditorio Benito Juárez, se ha quedado solo, abandonado, y busca su propio camino. Entonces va a recorrer todo el estado dizque para dar gracias -quiere hacer nacer y fortalecer un incipiente liderazgo-; critica al gobernador porque hay un déficit en seguridad; pide que el PRI castigue a sus malos gobernantes -aguas Aristogatos-; no se arrepiente de haber llevado al PRI al tercer horripilante sitio y se jacta de que los 570 mil votos del partido ¡son de él!.
Bueno, ahí peléense, que nos hace falta un PRI fuerte. Y ojalá lo imiten en el PRD, en el PAN, en MC, en el PVEM, y se sacudan a todos esos aventureros que piensan que la política es solo un trampolín para saciar su maldita hambre y llegan a robar.
Si no cambian, se irán pronto a la pérdida del registro local, porque no lo van a creer pero el gobernador avaló y dispuso que se redujera presupuesto a los partidos a partir del 2019. Como el PRI no gobierna nada, no tiene diputados -solo 4 de 38-, no tiene presidentes municipales ni regidores plurinominales, no tiene funcionarios, pues no va a tener cuotas. Ni empleos, ni becas, ni programas de apoyo, ni nada, pues se extinguirá en la miseria económica que le viene.
Al tiempo.
P.D. Hay una serie de loquitos que andan sueltos, no aceptan ni entienden su realidad postelectoral. Las máscaras caen. Cobardes, se le atraviesan a las mujeres y luego se dicen víctimas. Pero les llega su hora, he visto a muchos de esos. Pronto lo verán. Si no me asusta un Presidente de la República o un gobernador, menos unos inútiles simuladores. El sol no se tapa con un dedo. Por ahora, adiós a los loquitos. Y como siempre, reitero que a mí nadie me dice qué haga, nadie me contrata, nadie me induce. Soy libre.
