
Por Amaury Sánchez
La crisis del agave no es un tema nuevo, pero ahora que las cosas han llegado a un punto crítico, todos los oportunistas políticos van a querer sacar tajada. Diputados y compañía ya deben estar preparando sus discursos de ocasión, prometiendo soluciones que nunca llegarán y montándose en la ola del problema para su propio beneficio.
Pero lo que realmente importa no son los discursos vacíos ni las promesas recicladas, sino los hechos. Y en este caso, la única propuesta con algo de sustancia viene desde la SADER federal. Su planteamiento es claro: la única forma de abordar la crisis es estableciendo precios de compra basados en costos de producción más una ganancia justa para los productores. Es decir, un esquema que no dependa de la especulación ni del oportunismo de los intermediarios, sino que garantice estabilidad y rentabilidad a quienes realmente cultivan el agave.
Esto implica que la solución vendrá a través de la compra directa a los 5,840 productores registrados, dejando fuera a los neoagaveros que han inflado el mercado y distorsionado la producción. En otras palabras, se acaba el juego de los especuladores. A la vuelta de tres años, los neoagaveros serán cosa del pasado porque el mercado estará regulado para beneficiar a los pequeños productores y no a los grandes acaparadores. Además, se trabajará en incentivos económicos que aumenten la rentabilidad para los agaveros, asegurando que sus ganancias sean justas y sostenibles.
La industria del tequila tendrá que ajustarse a esta nueva realidad. Ya no podrán manejar el agave como una mercancía de libre especulación, sino que tendrán que trabajar con quienes realmente producen y no con quienes solo ven en el campo un negocio a corto plazo. Lo demás es pura ganancia política y rentabilidad electoral. Lo único que vale en este momento son los hechos, y los hechos indican que hay un camino claro para resolver la crisis, pero no es el que los políticos tradicionales quieren recorrer.
El delegado de la SADER federal en Jalisco, el Lic. Alfredo Porras, está trabajando con todos los involucrados para regresar a su cauce este gran producto que es el agave. Su labor se centra en garantizar que la producción vuelva a la estabilidad, beneficiando directamente a los productores legítimos y asegurando el futuro del sector.
Habrá quienes quieran seguir explotando el tema para su beneficio, pero el tiempo pondrá a cada quien en su lugar. La pregunta es: ¿están dispuestos a apostar por los productores reales o seguirán vendiendo humo?
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