Los Hombres del Poder
El gran reto será cómo enfrentar el problema que representa para el Estado el crimen organizado y la creciente violencia e inseguridad que golpea a Jalisco, que ha constituido el principal problema para el gobierno del sexenio que fenece encabezado Aristóteles Sandoval, que inició con el asesinato del entonces recién nombrado secretario de Turismo, Jesús Gallegos y termina con el escándalo que representan los cadáveres amontonados en el tráiler que no cabían en las instalaciones del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.
¿Cómo se quiere ver Enrique Alfaro dentro de seis años? ¿Cómo quiere que los jaliscienses lo recuerden? ¿El gobernador que tuvo la capacidad de devolverle la tranquilidad a los jaliscienses o el gobernador que administró los problemas sin dar la solución que los jaliscienses han esperado?
Alfaro debe tener presente que el poder no es eterno y seis años de gobierno pasan muy rápido. Es también cierto que en seis años muchas cosas pueden suceder. Si algo es incierto es la política y los temas relacionados con el poder. Las sorpresas siempre es un elemento que se hace presente.
LA ESTRATEGIA DESCONOCIDA
Habrá que ver la estrategia que asume el futuro gobierno estatal para enfrentar al gran poder que ha acumulado el crimen organizado, que tiene la capacidad de paralizar el Estado como lo hizo el primero de mayo del 2015 al realizar en forma simultanea narcobloqueos en 39 puntos de la zona metropolitana de Guadalajara y en una veintena de municipios de la entidad, así como el haber derribado un helicóptero de la Secretaría de la Defensa Nacional con un saldo de 7 muertos.
Hasta el momento Alfaro se ha guardado lo que pretende hacer en la materia. El gabinete de seguridad con Macedonio Tamez al frente poco nos dice, porque los que mandarán serán el futuro Fiscal General y el Secretario de Seguridad. ¿Serán gente de Jalisco? ¿Los importarán?
Este martes al anunciar su gabinete se abstuvo de designar los nombres de quien será su Fiscal General y su Secretario de Seguridad. Por otro lado anunció algo que compete decidirlo a los alcaldes de la AMG: la creación de la Policía Metropolitana. No dio detalles.
Alfaro busca el apoyo del Gobierno Federal para encarar al crimen organizado. No quiere ir sólo y para eso ha venido cabildeando con Alfonso Durazo, futuro Secretario de Seguridad Federal.
Todo parece indicar que Alfaro no le hará caso a los grupos que lo han apoyado y que exigen fiscal independiente. No se puede en esta circunstancia improvisar. Es el Ejecutivo el que asume la responsabilidad y paga el costo de sus decisiones.
GOBIERNOS REBASADOS
Las últimas dos administraciones estatales han sido rebasados por la violencia que genera el crimen organizado por la disputa del control de mando del Estado de los cárteles de la droga, después de la muerte de Nacho Coronel el 9 de julio de 2010, que era considerado el jefe máximo, Jalisco se ha teñido de rojo. La violencia no la han podido frenar. Así lo documentan las cifras oficiales del Sistema Nacional de Seguridad Pública del Gobierno Federal (SNSP).
Los homicidios conocidos como ajustes de cuenta empezaron a crecer. Basta recordar que en el gobierno que encabezó Francisco Ramírez Acuña del 2001 al 2006, Jalisco llegó a vivir un periodo de relativa paz. Los homicidios contabilizados por año, el de mayor incidencia fue el primero del gobierno sexenal en 2001 con 488, 2002 fueron 431, 2003 con 424, 2004 con 370, 2005 con 354 y 2006 con 425 que suman un total durante el sexenio de 2,429.
Los primeros tres años del gobierno que encabezó Emilio González Márquez, Jalisco transcurría su vida con niveles bajos de violencia ya que en esta primera mitad los homicidios registrados se habían mantenido al nivel del gobierno que encabezó Ramírez Acuña: en el 2007 cuando arranca el gobierno de González Márquez los homicidios registrados alcanzaron las 389 pérdidas de vida; en el 2008 la cifra llegó a 462, mientras que en el 2009 se dio un ligero repunte para llegar a 570 asesinatos.
Es el 2010 cuando es abatido Nacho Coronel por un operativo del Ejército es cuando la violencia se dispara y desde entonces, en los ocho años siguientes la espiral de violencia se ha mantenido a la alza como lo sustentan las estadísticas del mismo SNSP. De 570 homicidios registrados en 2009 en 2010 sube a 888; en el 2011 la cifra duplica los asesinatos de 2009 (570) al documentarse en 1,222 y el sexenio de González Márquez concluye en el 2012 con 1,184. En total durante este gobierno emanado del partido Acción Nacional fueron 4,715.
EL REGRESO DEL PRI
El gobierno de Aristóteles asumió el compromiso que Jalisco recuperaría la paz y la tranquilidad de sus familias. No fue así como lo documentan las cifras oficiales del SNSP. El primer año de gobierno, el 2013 la cifra alcanzó los 1,099, 85 menos que el último año del gobierno de González Márquez. En el 2014 hubo una leve mejoría con 907 homicidios; en el 2015 hubo un aumento ligero con 1,019 homicidios; en el 2016 empieza a crecer y surgen los focos rojos con 1,153 homicidios, y en el 2017 se dispara la violencia para implantar nueva marca histórica de muertes al contabilizar el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública 1,369.
Sin embargo, el último año de gobierno, la violencia ha llegado a su grado extremo y para el mes de septiembre se habían documentado 1,600 homicidios, rebasando la cifra máxima histórica del 2017 de 1,369 muertes y que al final de año estaría muy cerca de los 2,000 homicidios. A septiembre los homicidios acumulados en el sexenio suman 7,147.
A esto es a lo que se enfrentará a partir del 6 diciembre Enrique Alfaro. Esa es la realidad. Esperemos que esa fuerza que ha mostrado en sus disputas políticas la utilice para combatir a quienes generan la violencia, recupere la paz de Jalisco y ponga fin a la impunidad.
Correo electrónico: gabriel.ibarrabourjac@gmail.com
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