Por Jaime García Medina*
La insolencia, la arrogancia que se advierte en Mario Marín el exgobernador de Puebla apresado en Acapulco antenoche 3 de febrero, que se advierte en el diálogo que sostuvo con Kamel Nacif y que está localizable en Youtube, desapareció como por arte de magia. Aquella risa socarrona cuando se ufana de que mandó hasta Cancún a sus gorilas de la procuraduría de Puebla para que se llevaran a su estado a Lydia Cacho tampoco se presentó en el ex poderoso ‘gober precioso’: al revés, fue trasladado justamente a Quintana Roo a que declarara.
Lo que es la vida, las cosas que uno comete hoy tienen su retorno de una u otra forma. Ayer escribía aquí mismo en A Fondo que los sexenios duran hasta 15 años: seis solamente de poder, y muchos más, pero muchos más de persecuciones, dimes y diretes, y hoy se lee encono contra Mario Marín: “La detención de Mario Marín abre la puerta a que se investigue mucho más que las causas del proceso por el cual está detenido en Cancún; abre la posibilidad de investigar un momento de enorme corrupción que la sociedad ha padecido”, escribió el gobernador Miguel Barbosa ayer.
Lo que es lo mismo, el calvario va a continuar. La tortura a la periodista Lydia Cacho va a ser motivo de un juicio, pero por corrupción al frente del gobierno poblano vienen más y enriquecimiento inexplicable al través de prestanombres otros tantos.
Me llamó mucho la atención la fotografía de Mario Marín siendo trasladado tras su detención en Acapulco. Ahí se paga todo lo hecho, y empiezan a cobrarse lo que podríamos llamar intereses.
En Jalisco no hemos visto eso. Hay una corrupción galopante en los ayuntamientos, especialmente en los de Guadalajara y Zapopan. Es un mito que Pablo Lemus, presidente de este último municipio citado, sea un súper alcalde. Al contrario, encuestas como las de la firma Massive Caller lo ubican debajo de Ismael del Toro, que ya está de por sí, bajo.
Están saliendo a flote muchas tropelías en Guadalajara. Contra la directora del Instituto Municipal de Atención de la Juventud, contra regidores por serles asignados contratos aún teniendo el pleno conocimiento de que violan la ley. Cualquier abogado hábil para eso, les ayudará a salir del problema, porque hoy tienen el poder.
Mañana ya no será así y entonces los veremos purgando sentencias por todo lo que han hecho. Ya es hora de que se normalice todo. Ya es hora de que el realmente inocente salga de sus prisiones y los culpables, los de doble vida, paguen condenas por sus fechorías.
En eso, entre otras cosas, en eso, van mucho mejor los del gobierno federal. Ni como les compitan los ladronzuelos de Jalisco.
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