Por Amaury Sánchez G.
El Infonavit ha dado un paso firme —y necesario— hacia la democratización del crédito para vivienda. Con el nuevo esquema de Mejoravit para ti, el Instituto decidió cortar de tajo con los “intermediarios”, esos personajes que durante años operaron como coyotes financieros, prometiendo tramitar créditos a cambio de mordidas disfrazadas de “ayuda”, que llegaban a comerse hasta el 40% del dinero del trabajador. Pero, ¿realmente es esta medida suficiente para beneficiar a quienes más lo necesitan? ¿Estamos ante un cambio de fondo o apenas ante un cambio de forma?
Lo bueno: libertad, control y ahorro
Este rediseño del crédito tiene claros beneficios:
100% del dinero va al trabajador, quien puede usarlo libremente para mejorar, reparar o remodelar su vivienda.
Se elimina el coyote, esa figura parásita que en muchos casos gestionaba sin ética, sin transparencia y sin resultados.
No hay comisiones ocultas, ni penalizaciones por pagar antes, ni cuotas sorpresa.
Se puede pedir más de una vez, y las mensualidades son fijas, incluso si se pierde el empleo. Esto da seguridad en momentos de incertidumbre económica.
El trámite es gratuito y totalmente institucional, lo cual también ayuda a evitar fraudes.
En papel, todo suena muy bien. Pero en la vida real, el diablo suele esconderse en los detalles.
Los riesgos: libertad sin acompañamiento puede salir cara
Eliminar intermediarios es una gran noticia. Pero dejar a los beneficiarios sin orientación técnica o legal también puede abrir la puerta a nuevos problemas:
No todos los trabajadores saben cómo planear una remodelación: pueden gastar mal el dinero, comprar materiales inadecuados o caer en manos de nuevos “coyotes” disfrazados de proveedores o contratistas.
Hay un riesgo de que personas sin experiencia sufran abusos en los precios, sobre todo en zonas populares donde no hay acceso fácil a constructoras formales o materiales de buena calidad.
Si no hay acompañamiento técnico, las obras pueden terminar incompletas o mal hechas, y con ello, el crédito se convierte en una carga más que en una solución.
En otras palabras: sin coyotes, pero también sin brújula.
Lo que falta: información, capacitación y vigilancia ciudadana
Para que el nuevo Mejoravit para ti funcione realmente en beneficio del trabajador y no quede en letra bonita, el Infonavit debe ir más allá:
1. Capacitación gratuita y obligatoria en línea o presencial para los beneficiarios, sobre cómo planear una obra, contratar legalmente mano de obra y evitar fraudes.
2. Listados públicos de proveedores confiables, con validación del Infonavit o de cámaras de la construcción, para que el trabajador tenga alternativas confiables.
3. Supervisión ciudadana y comunitaria, que permita denunciar abusos, fraudes o irregularidades.
4. Promoción masiva en lenguajes accesibles y en medios comunitarios (no solo en redes ni en el portal institucional), para que incluso los trabajadores con baja escolaridad o escasa alfabetización digital entiendan que ya no se necesita a nadie para pedir el crédito.
Conclusión: Un crédito sin coyotes es solo el principio
Celebramos el paso que ha dado el Infonavit. Dar el dinero directamente al trabajador y devolverle el poder de decidir es justicia social en acción. Pero el siguiente paso es garantizar que esa libertad no se convierta en una trampa: hay que acompañarla con educación, herramientas y vigilancia.
El mejor crédito es el que no solo te presta dinero, sino el que te empodera para usarlo bien. Y ahí, todavía hay camino por recorrer.
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