A Fondo Jalisco
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Rodolfo Aceves Jiménez

Razones de Estado

Brújula Pública

Nicolás Maquiavelo acuñó el término de razón de Estado, para referirse a las medidas excepcionales que ejerce un gobernante, con el objeto de conservar o incrementar la salud y fuerza de un Estado, bajo el supuesto de que la supervivencia de dicho Estado es un valor superior a otros derechos individuales o colectivos.

En México, todos los actos del titular del Poder Ejecutivo Federal alcanzan esa cualidad, en virtud de que el presidente de la Republica es también el jefe del Estado mexicano y, por ende, todo lo que pueda influirlo a él es, asunto y razón de Estado.

Así se encuentra la seguridad del presidente de la República y, que el presidente electo Andrés Manuel López Obrador ha declinado que el Estado Mayor Presidencial proteja su integridad física, decisión que se estima desafortunada.

El Estado Mayor Presidencial es un órgano técnico de apoyo a las actividades del presidente de la República, que desempeña labores de organización y de seguridad a sus actividades y, por extensión, a las de su familia.

Está compuesto de 3 batallones, es decir, unos 1,500 militares y marinos, destacados en la Residencia Oficial de Los Pinos. Su organización funciona como la del Ejército, con un Estado Mayor que dispone de las actividades y servicios que se le proporcionan al presidente.

Quizás la confusión o la negativa en aceptar sus servicios lo constituya, el abuso en que algunos presidentes o sus familias han hecho de sus servicios, sin embargo, se trata de militares leales a la institución que representa quien ejerze la titularidad del Poder Ejecutivo Federal, no a un partido político o a un nombre en específico.

Si el presidente electo considera que el Estado Mayor Presidencial carece de un sentido social es, porque no son promotores sociales, son militares entrenados para dar la vida por su comandante en jefe. En todo caso, debería instruirlos para establecer círculos de seguridad, de lo estricto en su periferia a lo relajado en su concentro, pero no desatender su seguridad, sobre todo porque a partir del 1 de diciembre tomará decisiones que comprometerían su seguridad, por el nivel de compromiso que se necesita.

Por otra parte, el avión presidencial es un medio de transporte que además del presidente, podría ser utilizado por el resto de las figuras representativas del Estado, como diputados o senadores, ministros de la Corte o secretarios de Estado, en las encomiendas propias del ejercicio de su cargo y no solo por la familia o sus amistades que no tienen derecho a utilizarlo.

Además la Residencia Oficial de Los Pinos es un espacio destinado para que el presidente habite de manera regular; que cuenta con espacios suficientes diseñados y destinados para la recepción de grupos provenientes del país, así como jefes de Estado que visitan al jefe del Estado mexicano, con espacios para reuniones o para la reflexión desde una persona hasta algunas decenas o cientos de ellas y así se utiliza desde la administración del presidente Lázaro Cárdenas. No es un salón de fiestas, pero lo que sí, es que cada presidente le imprime su propia personalidad.

La decisión de dejar de utilizar bienes y servicios destinados a facilitar las actividades de un jefe de Estado pareciera un capricho para no emular a los antecesores del presidente, más que una necesidad. De otra manera es muy posible que sobre las nuevas decisiones que tome el presidente electo, deban de hacerse adecuaciones a edificios o instalaciones de gobierno, nuevas adquisiciones, o bien, capacitar a un personal cuando ya existe uno capacitado y con experiencia.

Si el presidente electo López Obrador pretende implementar la cuarta República y pasar a la historia, como Benito Juárez, no hay las mismas circunstancias que en 1861. Recordemos que el presidente Juárez se hizo acompañar de su fiel Camilo, un indio zapoteca que le servía de criado, del teniente Felipe Azcárate, su jefe de ayudantes; así como de su cochero, Juan Udueta, quien lo llevaría a recorrer el país en el carruaje, tratando de salvar a la República.

Por estos razonamientos es que estas líneas se suman a quien cree que el presidente electo no debería renunciar a su seguridad y al usufructo temporal de aquellos servicios y bienes de la nación para eficientar la prestación de un servicio público como lo es, el ejercicio de la primera magistratura del país, como razón de Estado.

*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
Twitter: @racevesj

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