Iván García Medina
En medio de risotadas nacionales del priismo corrupto, y de la furia de los empresarios de la Coparmex, el gobernador de Jalisco Aristóteles Sandoval Díaz se aventó otro discurso que nadie intentaría: fue a la casa de los emprendedores para decirles en su fiesta, que los corruptos no son los gobernantes ni los funcionarios sino los empresarios que los seducen: en los hechos, les insultó, les acusó de falta de ética y de ser viles delincuentes.
Y mientras entre los priistas ladrones todo era risas, en la cúpula empresarial no hay enfurecimiento, sino lo que le sigue, por esa agresividad del mandatario que ya no halla la puerta por tanto escándalo en el que están metidos, un día sí y otro también, todas las secretarías de su despacho. Cuando no es una, es otra.
Hoy miércoles 29 de marzo, Mural pone en la parte alta de su portada una nota que da cuenta del insólito atrevimiento del gobernador que jamás ha tenido una empresa que tenga que ceder parte de sus utilidades a funcionarios sin poder registrarlo fiscalmente y asume que a ellos les encanta repartir.
La nota dice “Acusa gobernador a IP de incitar corrupción” y contiene esto: “Para que haya moches, dádivas y “favores” se necesita que negocien dos partes.
“El Gobierno no es el único incitador de prácticas corruptas, aseguró el Gobernador Aristóteles Sandoval ante empresarios en la Asamblea Anual de Coparmex Jalisco.
“El gran reto de esta generación, afirmó, es asegurar la legalidad y la transparencia en el manejo de los recursos públicos y para lograrlo, se deben erradicar viejas (sic) prácticas en el sector empresarial (sic).
“Para que haya corrupción debe haber un corruptor (sic) y el corruptor es el que incita (sic) y promueve (sic) a la corrupción,” expuso, “Administraciones van, Administraciones vienen, pero hay empresarios (sic) que ya conocen la ruta y el camino”.
“Pidió a los empresarios actuar con responsabilidad (sic), ética (sic) para no ser partícipes (sic) y denunciar”.
Bueno, el mandatario jalisciense ya movió el avispero y ahora a ver qué respuesta digna, decorosa, va a asestar el sector empresarial.
¡Pufffff!
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