Hoy martes 9 de julio ha sido un día terrible. Primero el ex gobernador de Veracruz Javier Duarte incriminó en un delito que dice haber sufrido, al ex presidente Enrique Peña Nieto; luego, renunció el secretario de Hacienda Carlos Urzúa por pleitos en el gabinete de Andrés Manuel López Obrador y tumbó tanto la bolsa de valores como el precio del peso, que tuvo una severa caída; hace unos minutos en redes se difunde que renunció a la SEIDO Gualberto Ramírez Gutiérrez.
Todo esto asusta no solo a quienes evalúan los mercados financieros sino a los mexicanos. Esta renuncia en la SEIDO ya se había presentado hace unos días pues el ahora ex funcionario había participado en las primeras indagatorias del desaseado caso Ayotzinapa en el que detuvieron y desaparecieron de manera forzada a 43 alumnos de esa escuela normal rural de Guerrero.
Otra vez el éxito en la persecución del crimen organizado se ve opacado por aquella política de Estado de encubrir a los autores de la desaparición de estudiantes en Iguala, y enrarecer el caso como hizo el tranquilo Jesús Murillo Karam.
Ya está opacada la denuncia de Javier Duarte sobre la conducta de Enrique Peña Nieto y eso tendrá que seguirse analizando.