Por Amaury Sánchez
Señoras y señores, la Universidad de Guadalajara acaba de romper con una racha histórica de puro “club de Toby”. Sí, después de 232 años (¡232!) de monopolio masculino en la rectoría, por fin tenemos a Karla Planter Pérez como la primera mujer al mando. Un momento histórico que nos hace pensar: ¿A quién hay que felicitar primero? ¿A Karla o a la UdeG por despertarse de su siesta de siglos? Pero como dice mi primo el filósofo: “Lo bueno tarda, y en este caso, tardó bastante.”
Un triunfo con sabor a resistencia
El nombramiento de Karla no es solo histórico; es épico, tipo final de novela. No faltará el clásico aguafiestas que diga: “¿Y por qué tanto escándalo si ya hay paridad?” Pues porque paridad no significa que las mujeres lleguen solo para aplaudir desde las gradas. Karla no llegó a ver cómo pasa el tiempo: llegó a transformar, incomodar y, de paso, desatar algunas crisis existenciales en los pasillos de la vieja guardia.
Baños neutros: el terror de los conservadores
Entre las primeras propuestas de la nueva rectora está la creación de baños neutros, y aquí es donde varios se desmayaron del susto. ¿Por qué? Porque para ciertas mentes “progresistas” del siglo pasado, un baño neutro es más escandaloso que los escotes de las vedettes en los 70. Pero tranquilos, no es el fin del mundo, solo un paso hacia la inclusión. Y si ya sobrevivimos a las modas de los Crocs y los TikToks de bailes ridículos, esto será pan comido.
El dilema del presupuesto: sueños inclusivos, bolsillos vacíos
Ahora, hablemos de pesos y centavos. Porque implementar baños neutros, remodelar instalaciones y dar talleres no es gratis. La UdeG va a necesitar más recursos que una boda en fin de semana largo. Eso sí, siempre existe la posibilidad de patrocinios, aunque sería extraño entrar al “Auditorio Pepsi-Neutro” o a la “Biblioteca Inclusiva Donas Donas”.
Nuevas masculinidades: el taller más temido
Otra de las joyas del plan de Karla son los talleres de nuevas masculinidades. Sí, esos donde a los hombres se les enseña que no necesitan gritar, intimidar o soltar frases como “¡Es que así soy, acéptame!”. Será más difícil que estacionar en el centro de Guadalajara un viernes por la noche, pero si alguien puede lograrlo, es Karla.
La diplomacia universitaria
Por si fuera poco, nuestra nueva rectora tiene que calmar las aguas con el gobierno estatal, que últimamente ha estado más incómodo con la UdeG que un político en examen de honestidad. Si logra resolver esto y, además, avanza con su agenda progresista, ya no hablemos de una estatua: que le pongan su nombre a un edificio entero.
¿Estamos listos para el futuro?
La llegada de Karla es una señal clara: la UdeG está lista para evolucionar, aunque no todos estén preparados para soltar sus privilegios. Pero como diría el sabio de los elotes: “Si no te adaptas, te quedas frío.” Y, quién sabe, tal vez los baños neutros terminen siendo el nuevo lugar para compartir memes.
Así que, Karla, ¡échale ganas! Que no te falten ideas, ni aliados, ni presupuesto, porque la UdeG está en tus manos, y el cambio está más cerca que nunca.
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