Por Manuel Gutiérrez
La realización de la pasada edición 33 de París de los Juegos Olímpicos, generó muchas críticas por el manejo de símbolos pertenecientes a las ideología de género, así como por usar analogías que pueden ser interpretadas por similitudes con motivos religiosos, en los que se enfatizó un cierto sentido de oscuridad, para ofrecerlo a los millones de espectadores del mundo por los Juegos estimados 7.5 millones por medio de la televisión abierta.
En internet, los espectadores fueron de 1.3 millones, en México la televisión abierta fue la gran ganadora de los Juegos, dado que lograron la audiencia de 8.8 millones de espectadores, para totalizar la cifra de 47,6 millones de personas que emplearon el canal de las estrellas, así como el 5y 9.
Las actuaciones de atletas mexicanos tuvieron respuestas, con 3.8 millones de personas para seguir la actuación de la arquería mexicana, cifra similar para la final de boxeo de Marco Verde, y 2.2 millones que siguieron el judo, con Prisca Awiti.
La clausura tuvo una audiencia de 7. 2 millones de personas, una cifra similar a la de obtenida en la inauguración. Pero todo es parte de la parte alegre del evento, pero la intención es analizar que costo real tuvieron los juegos, dado que el dinero influye directamente en el deporte.
Se estima que el costo de los Juegos en París, fue 9 mil millones de euros, que se derrocharon principalmente en las suntuosas ceremonias de apertura y clausura, así como en la iluminación de la Torre Eifel, y en forma general se convirtió a París en escenografía olímpica, tanto con el Río Sena, como con puntos principales de interés turístico.
Sin embargo, el costo completo aún no concluye, por lo que se estima que el gobierno de Francia, tendrá que erogar dinero adicional para sufragar gastos, para llegar a la cifra de 10 mil millones de euros.
Los planes de París, eran mantenerse dentro del margen de costos de la olimpiada celebrada en Londres, con un gasto estimado de 15 mil millones de euros, pero el cierta forma, la vivencia olímpica no generó problemas sociales, endeudamientos ni problemas escandalosos sobre el efecto de los juegos y su herencia a la ciudad capital de Inglaterra.
Por tanto, lo lograron aún cuando lleguen a 10 mil millones de euros. Pero no todo fue miel sobre hojuelas, dado que existieron quejas muy intensas sobre puntos como la calidad del hospedaje en la Villa Olímpica, que no contó en las viviendas que posteriormente se venderán al público parisino, con aire acondicionado.
Muchos atletas terminaron durmiendo en parques exteriores o en vía pública por el calor de la estación. La alimentación no fue suficiente, no dieron abasto de calidad para el tipo de consumo de los atletas que preferencias altos requerimientos proteínicos, hubo escases de cárnicos, así como alimentos que se calificaron como insuficientes, o de mala calidad, o de plano obligaron a los deportistas a llenar su hambre con papas fritas.
La pasada edición olímpica de China, puso la etiqueta de costo por las nubes, con un costo de 40 mil millones de euros, a precios del 2008. Muchísimo dinero, por el afán de tener instalaciones vanguardistas, de caras soluciones arquitectónicas, así como una ciudad olímpica comprendida entre alojamientos e instalaciones de competencia.
Japón, pase a la postergación por la pandemia, tuvo un costo de 12 mil millones de euros, casi el doble de lo estimado originalmente y en su etapa final, ya hubo crítica de los ciudadanos japoneses en desacuerdo con el compromiso olímpico.
La aventura de París fue organizada por el COJO, Comité Organizador así como por la Olimpic Delivery Company, pero ambos organismos vieron saltar sus presupuestos por la simple razón de la inflación.
COJO buscó recaudar 4 mil 400 millones de euros, aunque al inicio planearon obtener 3 mil 200 millones de euros. Los patrocinadores olímpicos, esperaban obtener ingresos de mil 400 millones de euros por venta de entradas, mil 240 millones por erogaciones de los patrocinadores, y el resto mil 200 millones de parte del COI.
Lo muy costoso para el COJO fue el alquiler del estadio de Francia, el equipamiento de la Villa Olímpica, el pago de guardias de seguridad, la renta de gradas temporales en las ceremonias y competencias que ameritaron, así como gastos de estrellas y bailarines en las ceremonias inicial y final.
Olympic Delivery, gastó 4 mil 400 millones de euros, recibiendo mil 800 millones del gobierno francés, y de los gobiernos locales y regionales. Esto incluyó 542 millones del costo de la Villa Olímpica, que fue de 646 millones, queesperan recuperar con la venta de los departamentos.
Las competencia generan gastos adicionales, caso de la natación, por lo que hubo que crear un centro acuático del nivel necesario para incluir también waterpolo y buceo. Los ingresos también fueron centrados en patrocinadores, aportaciones del COI, venta de entradas, hospitalidad, y concesiones de licencias, y otros ingresos, que dieron 4 mil 550 millones. Al llegar a diez, se entiende el monto del déficit.
En la olimpiada de Japón, las federaciones nacionales recibieron una aportación de 540 millones de dólares, que les reembolsan sus esfuerzos por participar, con una cifra de 540 millones de dólares, que serán superada por París, que debe entregar este estímulo esperado y pactado entre las autoridades federativas y el Comité Olímpico.
Como siempre luego de la fiesta, viene la resaca, la cruda. París se prepara para ello alegando que obtuvo unos juegos que generaron beneficios por 8 mil millones de euros. Pero ahora viene la parte difícil para los franceses, las auditorias, la transparencia de los gastos, y la inevitable diferencia entre gastos y costos de distintas autoridades.
Comparativamente, no quedaron desfalcados, al margen de que logren rendición de cuentas satisfactoria para el gobierno, Comité Olímpico, y todos los interesados. La antorcha paso con el fuego a Los Angeles, en que ya comenzaron a generar las expectativas y a planificar los beneficios que puedan obtener de los juegos.
La pasada edición en la era de Regan, les dejó 200 millones de utilidad neta, una vez que cumplieron todos los gastos comprendidos en los Juegos, sin alegar las ventajas de la promoción mundial, turística, deportiva, y de inversiones que atraen los Juegos.
De nueva cuenta, Los Angeles no hará una fiesta desabrida, pero buscará que las ganancias sean mejores que los 200 millones de dólares, por un evento de esta magnitud. Cada detalle, implicará planeación, costo-beneficio, y buscarán que el sector privado en forma brutal, de nuevo este presente en los Juegos, para descargar el costo. La intención es utilizar las instalaciones que ya tienen, a la par que una villa olímpica muy rentable, y algunas innovaciones en instalaciones que merezcan ser renovadas.
El plan maestro de los Juegos aún está determinándose, pero implicará que grandes corporativos participen, paguen y brillen y obtengan ganancias. Disney, Warner, Canales de Televisión de las grandes cadenas, y un desarrollo sin precedente de beneficios para los atletas que logren el honor de participar, son esperados en esa edición de los Juegos.
El modo americano no está fijado en tener déficits, que loscubra el gobierno, o en redestinar gastos de otro tipo que priven de su calidad de vida a los angelinos y de la zona californiana. Eso es de tercer mundo tropical y bananero.
Se buscará la autosuficiencia, la planeación equilibrada, y entre eso, está el interés del Comité Olímpico, que sabe quesi el gigantismo es inevitable, pueden convertirse si saben hacerlo, en una oportunidad de hacer un gran, gran negocio y volver ganancia todo.
Y eso es lo que Los Angeles, sin decirlo, espera hacer en el mundo.Ellos hicieron la suya con simples 500 millones de dólares, aunque aumenta el número de disciplinas, y de asistentes, ellos volverán a usar principalmente lo que ya tienen, no construirán instalaciones nuevas que no sea preciso hacer de manera inevitable.
Esto traerá beneficios al mundo olímpico, porque romperá con la cadena de déficits que hundieron a muchos países, y grandes capitales sedes, por salir bien librados del compromiso ante el mundo, pero como Montreal, terminaron pagando en más de 20 años de retraso, deuda y depresión.
En el caso de China, la enorme erogación fue vista como un gasto propagandístico, como un gasto político, y finalmente era una cuenta del estado, dueño de todo y de la economíapara resolver un compromiso internacional del mismo estado, ante el mundo.
Encontrar pues el oro, y no en las medallas, es la verdadera tarea de los próximos juegos olímpicos, al margen de que Tom Cruise, salte otro estadio, corra en motocicleta en un cable, o que Billie Allish, y una constelación de estrellas, puedan sacarle gran jugo al evento.
Este oro no es en presea, pero valdrá tanto como el futuro de los próximos juegos, si la receta se aprende y se imita.
Una ventaja es que el COI, no es tan vampiro como la FIFA y otros organismos mundiales, que acaparan la comercialización, aseguran sus ganancias y le dejan el trabajo, y el riesgo y los costos a los gobiernos que amparan las pretensiones de los países sedes en eso es más consciente, o de otra manera nadie pediría los Juegos, aunque exige el aval del gobierno para otorgar la sede. Es un compromiso de enorme seriedad, en que se pone el juego el honor, el prestigio y la capacidad de un país. Por ahora, los parisinos, todavía tienen la sonrisa que les provocaron los juegos, si sus cuentas salen bien, libraron su compromiso son buenos números, incluso baratos les salieron.
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