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Analiza Milenio crisis de Pablo Lemus: nadie lo asesora ni aprudenta y se cayó

Por Iván García Medina
Pablo Lemus Navarro hizo lo que los viejos decían que no se debía hacer: subir por elevador porque, se baja ¡por elevador! Y hoy que ya va en el tobogán -descenso libre- de la política, ya es tarde, según Milenio y Mural que publican columnas que se complementan.

Para Lemus ser el gobernador fue algo que lo traía -lo trae aún- entre ceja y ceja desde que era joven.
Se formó para su mal en la Coparmex, que es simple y llanamente un grupo de presión, y así ha actuado. Conquistando con los pantalones de otros su avance particular hasta que llegó a presidente de Zapopan y ahora, ilegalmente, de Guadalajara.
Enrique Toussaint dice hoy en Milenio: “La trayectoria política de Pablo Lemus conjuga virtud y fortuna. Lo primero porque ha sido capaz de construir un personaje político autónomo. Con luces y sombras -como todos-, pero que es (sic) un activo de su partido. Se planteó como objetivo ser gobernador de Jalisco y ha trazado una estrategia coherente para gobernar el estado a partir de 2024. Todo esto aderezado con la fortuna de ser alcalde de Guadalajara in extremis luego de la dimisión de Ismael del Toro. Virtud y fortuna, dos (sic) conceptos inseparables en política.
“No obstante, la (sic) solidez estratégica de Pablo Lemus se ha resquebrajado en los últimos meses. El alcalde de Guadalajara ha cometido errores (sic) inexplicables”.
Voy al somero análisis de esta columna: primero, Lemus no es activo de ningún partido, por tanto, es imprecisa o miente. Menos de MC donde no será candidato a gobernador en 2024. Ya lo están recibiendo en el PAN -su origen y su destino- según narra Mural hoy en su impreso.
Segundo, virtud y fortuna, dice Toussaint, son dos conceptos inseparables de la política. Lemus cree que solo es construir. Hace mucho que se sabe que esto no es cuestión sólo de tener méritos, sino de saber esperar. O Ernesto Zedillo nunca hubiera sido presidente de México.
Tercero, el presidente de Guadalajara ha cometido errores inexplicables. Eso dice la columna pero sí eran previsibles.
No es tan malo adelantar tiempos pero sí es pésimo hacerlo a lo loco y Lemus lo hizo. Por eso nunca observó que en Jalisco Enrique Alfaro fue electo por el sexenio no por un año y Lemus públicamente ya quería su silla con cinco años de anticipación. De hecho cuando fue alcalde de Guadalajara pensó que ya era sucesor, sin medir potencial de un gobernador y de su equipo.
Todo por contratar vivales de ayudantes que le dieron consejos fáciles como el golpear a sus contrincantes y va dejando huella a cada paso que da.
Allá él pero con su actual equipo no va a ningún lado bueno o ansiado. Enfrentarse a Enrique Alfaro requiere más que desearlo.
Al tiempo.

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