Por Jaime García Medina
El 2019 cierra con enormes expectativas ciudadanas. Mientras el mundo desarrollado pelea contra el cambio climático -por ejemplo-, cuando las ciudades ya evolucionaron en su movilidad, en México apenas discutimos las razones por las cuáles el presidente Andrés Manuel López Obrador persiste en su política polarizadora y ‘exonera’ a su director de la CFE Manuel Bartlett por enriquecimiento inexplicable, o el gobernador de Jalisco Enrique Alfaro se aleja cada vez más de la sociedad y ‘exonera’ a la mafia de los Petersen por el contrato A Toda Máquina y por sus crueles manejos en la Secretaría de Salud.
Hay un gobierno débil, el de Jalisco, que se equivocó de tiempo -son tan premodernos que manejan la política interior a través de desplegados ridículos-, que políticamente es sordomudo y débil visual. Está tan atrofiado, que cree que el respaldo popular con el que llegaron a ejercer el poder es perenne, y en nada lo alteran sus excesos, desfiguros, y traiciones.
Pero la sociedad está más que atenta, alerta. Algo se gesta. Estamos ante lo más negro de Movimiento Ciudadano en Jalisco. Hay un germen de cambio instalado, incontenible, y ellos, los funcionarios, son como aquel famoso gobernante que inmortalizó Hans Christian Andersen en su cuento “El traje nuevo del emperador”. Un soberbio que desfila desnudo muy orondo por las calles, pensando que nosotros somos los estúpidos que no podemos ver su traje nuevo, pero para su infortunio, todo es al revés. Nosotros advertimos que ellos están desnudos y sabemos que pronto los vamos a sustituir.
UN DELFÍN, LA TORPE CON INICIATIVA Y EL NO PODER
Va a cerrar 2019. En Jalisco no vamos bien. Se han ido los ismos, los que quedan languidecen, y nadie de los que participan en ellos parecen advertirlo. Se extinguieron el cosiismo, el riverismo, el bebetismo, el acuñismo, el emilismo, el aristotelismo, y el padillismo. El alfarismo apenas llegó y ya se está evaporando.
Si lo comparamos con políticos o equipos exitosos de políticos, el alfarismo, que cuenta con un líder que fue muy apoyado fracasa en lo fundamental: en política nacional van mal porque la 4T frenó en seco el ímpetu de Enrique Alfaro por posicionarse como precandidato presidencial; van mal en política doméstica porque hay mucho encono en Jalisco. Lo que vemos es una gran batalla campal de los grupos políticos y sociales contra el gobierno que gustoso, participa en estos aquelarres; en administración pública van mal porque tienen fama de muy corruptos -ya le entraron hasta a la defensa legal de exservidores públicos acusados de corrupción por ellos mismos- y por si fuera poco no generaron cuadros. Los actuales coordinadores o secretarios tienen nivel Fela Pelayo -pobrecita ella- y los presidentes municipales son actores meramente testimoniales o chivos en cristalería.
Voy a referirme a tres de ellos.
Ismael del Toro, presidente de Guadalajara. A este hombre lo persigue el fracaso y la mediocridad. Como si fueran adheridas a él, ambas características son su sello. Está clasificado como el presidente municipal 64 de 100 evaluados; fracasó en seguridad pública porque Guadalajara es asiento del crimen organizado y el no organizado; es tan imprudente que mejorar la seguridad fue su única apuesta renovada del 2019-2020; fracasó en su relación con los grupos políticos, incluidos los de su partido; fracasó en su relación con la sociedad; fracasó con su esquema de comunicación social, etcétera. Es el delfín dócil del gobernador Enrique Alfaro y es el hombre al que Movimiento Ciudadano ya tiene para presentarse a la sociedad para una reelección en Guadalajara en el 2021. Esto es terrible para MC e inaceptable para los tapatíos.
Fela Pelayo secretaria de despacho. Es el pararrayos involuntario del alfarismo. Si usted ingresa a su perfil en twitter -@Felapelayo- se dará cuenta del encono que hay hacia este grupo de amigos alfaristas. El lunes 16 de diciembre la gente se mofó de un video que subió para reclamarle a los jueces que no haya buscado más pruebas en uno de los casos más sonados de liberaciones absurdas que ocurren en Jalisco. De tonta, pero en su peor definición, no la bajan y lo grave es que posee mucha iniciativa. Ella es la secretaria de igualdad sustantiva de mujer y hombre en este gobierno. De ese nivel son los funcionarios altos.
Pablo Lemus Navarro, presidente municipal de Zapopan. El pasado martes 17 de diciembre, el diario Mural publicó una foto del presidente de Zapopan en la que justifica el predialazo y se le ve solitario, con sus manos sobre sendas sillas vacías. De ese tamaño es su fracaso. Es la consecuencia de encabezar el no poder, pero creyendo que ejerce el poder. Es tan torpe este hombre, que, a su edad, gusta de aparecer siempre como joven. Siendo dinosaurio aparece como millenial. Amante de la posverdad, usted lo puede acusar de todo, y él, con las manos llenas de dinero ajeno, va a decir que usted es un personaje que solo busca satisfacer el odio que siente por él. Y se siente decente. Ya salió de los afectos del alfarismo y no goza de otros.
Ellos tres son los botones de muestra de que Movimiento Ciudadano en Jalisco aparece en la oscuridad, el luto, el desorden, la violencia, y la ira social.
Así se cavan sepulturas. De los demás nos ocuparemos en las próximas entregas.
