Por Manuel Gutiérrez
Isla infectada de neoliberales. Isla refugio de conservadores inconsecuentes. Isla del Caribe que no sabe comprender la utopía del socialismo, que quiere que el perro sea la mascota y no la cena.
Una isla así, no puede estar a la altura de los sueños de los colosos de la austeridad, de los gigantes de la igualdad, de los dioses de la justicia revolucionaria, llamense Fidel o Raúl Castro, Manuel Díaz Canel, mero gerente de la administración del pasado, es decir, los cubanos quiere el bien vivir, comer tres veces al día y que su esfuerzo reditueen plata, en mejoras de vida, que el salto del gato, sea para adelante, no para atrás.
Pueblo de tres patines, pueblo aspiracionista. Pueblo que no sabe existir, y estar a la altura de la epopeya del sacrificio de muchos, por el bienestar desaforado y lujo de los dirigentes, de la nomenclatura, del primer círculo, de la clase dorada, como se llamen esos parásitos que viven de tomar los bienes de toda una economía, para entregarlos al estado y el estado son ellos.
Tierra de incontables gusanos, como les llamaban despectivamente los líderes de la revolución que los confinaban, golpeaban, reeducaban, degradaban y finalmente, ni los veían ni los escuchaban. Viciosos de la propiedad privada.
Los burocrátas sabían manejar la corrupción de un país que vive de un mercado negro, de un turista que compra por buena voluntad y le añade bienes de supermercado a los lugareños, a los que no dejan entrar aunque luzcan un puño de dólares.
Cubanos de segunda, que en sus fiestas de año nuevo son sirvientes de los rusos, de los alemanes, de los europeos que hacen turismo revolucionario. Cubanos que son músicos extraordinarios, pero sus equipos de sonido todavía usan “bulbos”. Yo lo ví, no me lo contaron.
Donde un exintegrante del equipo olímpico de Clavados, de Cuba, un apolo de ébano, era mi cuidador como simple “salvavidas” junto a los grasosos turistas que chapoteban en una alberca de metro y medio de profundidad en el Comodoro.
Donde una licenciada en turismo, necesitaba permiso para íra tomarse un refresco en la playa y conversar un poco en Varadero. Donde para recomendar las virtudes del buen servicio, la indagación cubana era de sospechar de algo contra-revolucionario, todo el tiempo, toda hora.
Lugar de belleza, en que las playas no pueden ser usadas sin permiso. Los 90 kilómetros de La Habana, a Varadero, no son para todos. Aunque tengan dinero, aunque pidan transporte escaso, porque todos tienen una soga al cuello.
EL ULTIMO CUBANO QUE CIERRE LA PUERTA, Y APAGUE LA LUZ.
Héctor Aguilar Camín, me hizo recordar mis vacaciones en Cuba. Donde casi me encarcelan por decir que el Che se parecía a Cantinflas, hasta que llegó alguien con más inteligencia y mejor grado de poder, y escuchó mis reproches, de cómo era posible que los cubanos en la isla no supieran como yo la biografía, vida y obra del Che.
“El era feliz, cuando lo comparaban con Cantinflas, por su gracia, su ingenio y agudeza. Por ser del pueblo” realmente no saben lo que celebran aquí en la Plaza de Revolución, ni el museo de la Secretaría del Interior, dedicado al Che, que se supone es su santo patrono. Como el gato propiedad de la revolución que cuida el museo de la Habana, que se hizo mi amigo y que igual que los cubanos fue sobornado, pero él con croquetas. Pero me aclararon que era un gato del “estado” y “propiedad de la nación”.
Aguilar Camín, es de origen cubano. Su vivencia familiar está atascada en el pasado, es su segundo país. Aguilar Camín, es un intelectual de gran valía en México, aunque odiado por la 4T y sus comparsas de Morena. “ Esa isla suntuosa que tuvo que volverse miserable antes que ceder al supuesto embate del imperio” dice un una de tantas afortunadas frases y giros. Aguilar recién purgado por algún ser vil que desea quedar bien con la 4T y está fuera de Televisa, luego de 20 años. Fin a la disidencia.
DESCENSO POBLACIONAL EN LA ISLA POR MIGRACION
El tema de Ay, Cuba de Aguilar Camín, es totalmente demográfico. Cita a un demógrafo cubano, Juan Alvizu, que dice que la población descendió un 18% la causa no es el control de la natalidad, aunque a nadie se le antoja vivir en una ciudad en ruinas, con modelos de carros de los años 50, y uno que otro Peugeot o Hyundai, que transportan a los poderosos.
Así me sentí en Cuba. “Poderoso” con guarura todo el tiempo. “Como privilegiado e intocable” por un pasaporte extranjero. “Poderoso” aunque no se sí me estaban vigilando, como lo hacen con su red telefónica, ya que no pude encontrar una conocida que radica en la Habana, y que tenía el propósito de saludar simplemente. Muy descara injerencia en escuchar mi llamada, en interferirla y mejor aún en impedirla pero prestos para cobrarla.
Esto debí escribir hace una década cuando fui, como también hizo turismo centroamericano, segui las huella de la revolución en El Salvador, luego de Roque Dalton, de Monseñor Romero, vi lo que era el gobierno de la extrema izquierda, y el gobierno de Arena, de la extrema derecha. Fuía una secundaria revolucionaria, donde todos los alumnos se paran al entrar el maestro, reina una disciplina asombrosa, una dedicación absoluta.
Donde estudian inglés, -no ruso- donde llevan clases de religión, y bien dadas. Un Salvador que antes de Bukele, era un microcosmos. Pero regresemos a la isla caribeña y sus pésimos rones, que tan fácil se degustan en México, a donde mandan lo mejor que hacen.
Recordemos que el demógrafo cubano tiene razón. Dirán que son fake news mis chairos lectores. Pero es la neta. Cuando en 1980 se produjo el éxodo de Mariel, por el nombre del puerto, salieron nada menos que 125 mil cubanos. Fue la válvula de escape de Fidel, para bajar la olla de presión, que estaba por estallar. Que se vayan los que quieran, dijo, ahora que se fueran como pudieran en balsas, botes de remos, barquitos de vela, cámaras de llantas,muchos no pudieron cruzar las 90 millas naúticas a Miami.
La salida de Mariel, se aderezó con la liberación de los delincuentes comunes, y no tan comunes que fueron exiliados a los Estados Unidos. Toda una marea humana.
Pero ese éxodo aunque enorme no fue el único, vino otro en 1994, se le llamo “la crisis de los balseros” en que esta vez se redujo el margen de libertad para huir, y solamente se fueron con riesgo de mar, solamente 34 mil 500 curioso nadie migra de Florida a Cuba…
Ví los matrimonios arreglados de damas mexicanas que viajaron en mi vuelo, destinadas a casarse pagadas en dólares, para luego poder sacar de la isla a sus “maridos”.
Porque el bloqueo marítimo de Cuba existió cuando la crisis de los misiles, en que se impidió el paso a la marina rusa y sus destructores y misiles. Pero Cuba puede comprar lo que quiera, el problema es que no tiene con qué. La economía no mejoró pese a los discursos que escuche de Raúl, con motivo de la zafra, y esperando sacar ahora si adelante su economía tiene su propia coca Cola, se llama Tu cola…mejor consuma la mexicana que importan álla.
Pero las medidas del gobierno, desalientan al más pintado. La doble moral, el doble discurso, amor por el pueblo, una de dólar y cucs, y la real de la miserable moneda exclusiva para los cubanos que comen moros y cristianos, es decir frijol con arroz. El gobierno sanciona, encarcela. Me dijo un guía clandestino de turistas, no era autorizado por el gobierno, “ya me detuvieron, me encarcelaron y me incautaron mi televisión. Quieren que les pague mucho por ser guía de turistas, y no me aprueban porque he tenido arranques contra mi gobierno.”
Así ninguna economía funciona. Ni hay hortalizas, ni frutas, que esperaba con abundancia. Ni eso. Como las servilletas racionadas, una por comida. Medidas de un gobierno demagógico que parasita todo lo que intenta el pueblo. País militar, con ellos de cancerberos de la revolución.
Y se les es atravesó la pandemia. Y cuando estuve viví un congelador norte que vino de México, como prólogo de la disminución de ayuda mexicana, luego disminuyó la venezolana. Los rusos regresaron otra vez, como amos, como blancos de primera y ahora dicen que invertirán en turismo, y ven a la isla, como una base militar.
En el 2021, hubo un estallido popular, grandes manifestaciones, gritos, pintas, y trompadas, pero Cuba tiene a su lado un ejército poderoso, cuyas lanchas pasan pintadas de verde, con la estrella de la bandera de Cuba en triángulo, y vigilan a los peligrosos turistas de Varadero…
Nada de esperanzas. Bien puede la 4T con López y seguir con Lázaro Cárdenas Batel, trayendo 4000 mil médicos cubanos, que entregan hasta el 90 por ciento de lo que perciben, a su propio gobierno, asunto que reventó en Brasil, en donde Lula, inició ese programa de ayuda a la economía de Cuba, pero los médicos en número de 12 mil denunciaron a la Organización Panamericana de Salud, el régimen de explotación que padecen.
Si, también en México. Por ello se salen a desayunar, juegan domino, fuman como chacuacos, socializan entre ellos, porque no saben quién te ponga el dedo, pero hacen como ganan dinero, atendiendo a los mexicanos, pero quién los gana es su gobierno.
No basta que TV Rebelde, pase todo el día discursos, documentales históricos, pero censurados de la revolución, y censure como películas para adultos, las de Pedro Infante, porque parecen que están en 1940.
No en balde, el personal de limpieza del hotel me pedía “permiso de ver mientras limpiaba Disney Channel” o canales de los Estados Unidos. Como el hambre con que recogieron las revistas que lleve de regalo, así como estampas de la Guadalupana, y hasta los chiclets.
En el 2021, el gobierno dictatorial de Cuba debió caer, pero nadie les hizo caso. Y los dejaron a merced del ejército, finalmente razón suprema del orden del estado, y fuerza de la revolución que está más muerta que una cucaracha fumigada con Baygon.
Sin esperanza, lo mejor que pueden hacer es ingeniárselas para irse. El clavadista olímpico soñaba con irse a Italia. La culta vendedora de paseos turísticos en el hotel, deseaba irse a donde pudiera ir a la playa sin permiso especial.
Un símbolo de Cuba fue el norte frío que llegó en plena tormenta, un guardia vigilaba las solitarias canchas de tenis, bajo el aguacero, no se movía. Estoico, cumpliendo con su deber, porque de lo contrario tal vez perdiera el trabajo o fuera contra revolucionario. Un sistema así no es humano, es explotador por el estado como patrón, por un poder bucrocrático.
Ahí entendí lo que el discurso populista encierra y no me gustó
Por ello los cubanos se van a dónde sea.
Y dicen que el último cubano cierre la puerta y apague la luz.
Y recordé a Guillermo Cabrera Infante, a tantas plumas talentosas de esa isla, de tanto poder creador, que está agazapada entre la mediocridad burocrática, como un tallador de madera, asombrado de que podía comprarle hasta tres figuritas de una sola vez.
No, chato, así no se puede, por eso es una isla vacía, y por eso protestan en Venezuela, que apenas han gozado la libertad anti imperial, en 25 años, y parecen estar hartos del hambre y la mentira en tanto Cuba lleva el doble de ser feliz.
Los contenidos, expresiones u opiniones vertidos en este espacio son responsabilidad única de los autores, por lo que A Fondo Jalisco no se hace responsable de los mismos.