A Fondo Jalisco
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Gabriel Torres Espinoza La Aldea

Inundados… por el poder

Análisis

De acuerdo con datos del INEGI, de 2013 a 2018, la Zona Metropolitana de Guadalajara pasó de registrar 147 puntos de riesgos de inundación [entre recurrencias históricas y recientes] a 380 puntos de riesgo. La lluvia ocurrida el pasado del domingo en San Agustín, Tlajomulco, provocó un corriente de agua de al menos tres metros en el Arroyo conocido como “La Culebra”. Esto cobró ya varias vidas y personas desaparecidas. El Arroyo “La Culebra” atraviesa el Bosque La Primavera y fue ‘acondicionado’ como camino (empedrado) ¡por el municipio! En los últimos 15 años se han construido más de 100 fraccionamientos en lo alto y en las faldas de los cerros que dan inicio al Bosque La Primavera. Como lo consignó ayer Mural, ‘Edifican casas en zonas de riesgo’. También se levantó vivienda de alta densidad en zonas que acreditan ser lugar de filtración y absorción de agua, esa que se consume en toda la Zona Metropolitana de Guadalajara, y que hasta ahora no representa mayor costo que su extracción. El 31% del agua que abastece a Guadalajara se obtiene de más de mil 200 pozos y norias (180 pozos profundos). Pues bien, el complejo Villas Panamericanas, se erige sobre dos causes de arroyos, como lo señaló la doctora Ofelia Pérez Peña, académica del Departamento de Ciencias Ambientales de La U de G. Además, según lo expuso el Dr. Miguel Magaña Virgen, Jefe del Departamento de Ciencias Ambientales del CUCBA, ‘actualmente se extrae más agua de la que se infiltra al acuífero Atemajac: 139Mm3-159Mm3 igual a 20 Mm3’ (CEA 2015): ‘Cada año los niveles del acuífero Atemajac bajan varios metros (hasta 15)’. Ocurre, por que ‘la urbanización ilegal avanza de manera especulativa y anárquica e impide la recarga del acuífero Atemajac’. Incluso, ‘la cimentación profunda afecta el flujo subterráneo de agua’ (Gómez R. J. A. Estudio de aguas subterráneas). Naturalmente, ‘el escurrimiento se aumenta por sobre la infiltración, a causa de la impermeabilización urbana’, originada por la corrupción de autoridades que lucran con el territorio, para terminar violentando los decretados usos de suelo, y se las arreglan para pasar por alto Planes Parciales de Desarrollo, leyes ambientales y zonas de fragilidad ambiental. Si alguna zona escapara a ello, está como recurso para ‘coyotes desarrolladores’ y funcionarios ‘aceitados’, el Tribunal de Justicia Administrativa (antes TAE) que autoriza (con la complicidad de autoridades, mediante la afirmativa ficta) lo que específicamente prohíbe la norma. No obstante, para el titular de la SEMADET, Sergio Graf Montero, “La infraestructura está [las Villas Panamericanas] y no es que esté dañando al ambiente” (…) “Yo no tengo ninguna prueba de que el hecho de demolerlas mejore la condición, que pueda ser una mejora en la cuestión ambiental”. De modo que para Graf Montero (SEMADET), que se habiten 900 departamentos en El Bajío, al destinar las Villas para vivienda, no es prueba de que se esté “dañando al ambiente”. Incluso, cuando la zona no tiene drenaje y cuenta con un uso de suelo H1, para vivienda de muy baja densidad. El buen juicio de Sergio Graf, de larga trayectoria, se observa hoy también inundado… por el poder.

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