Como va:
La noticia bomba de la semana en Jalisco fue la de que la maestra Teresa Brito será ratificada por el gobernador Enrique Alfaro en la estratégica Contraloría del Estado. La funcionaria ni es solapadora, ni es protagónica. Simplemente se le ha visto hacer su función, va a presentar denuncias de lo que conoce y presumiblemente es constitutivo de delito, y si uno o más reporteros le piden una entrevista o rueda de prensa ni se esconde ni se calla: va
Hoy miércoles 24 de octubre del 2018 los medios de comunicación entre ellos Mural, redes sociales y columnas políticas dan cuenta del anuncio del próximo mandatario del estado. Leamos Mural: “El Gobernador electo, Enrique Alfaro, anunció que invitará a la funcionaria a continuar en el cargo durante su Administración, que iniciará el 6 de diciembre
“La noticia la dio a conocer el próximo titular del Poder Ejecutivo ante integrantes del Comité de Participación Social del Sistema Anticorrupción del Estado, quienes previamente le plantearon a Alfaro.
“He tomado la decisión de hacer una invitación a la actual contralora del Estado, a la licenciada Tere Brito”.
La columna Quinto Patio del Diario NTR así lo describe: “El gobernador electo Enrique Alfaro abrió ayer más la baraja para conocer sus piensos sobre los que faltan en su gabinete. Primero, aunque sólo la ha visto un par de veces, invitó a Tere Brito a que continúe como contralora del estado, pues goza de buena fama, tiene trayectoria profesional y trabaja bien contra los corruptos. También le apuesta a cumplir las recomendaciones que le hizo el Comité de Participación Social del Sistema Estatal Anticorrupción y éste revisará la terna de perfiles del próximo fiscal autónomo. ¿Qué responderá Brito?, ¿quién será el nuevo fiscal?”.
Falta que la Contralora diga sí o no. Pero asumiendo que ya la comprometió Alfaro al avisarle a la sociedad antes que ella le dijera sí, no se va a echar para atrás. Creo que es de las funcionarias que en tres minutos se arregla con el que la invite. En un minuto se presenta, en otro dice qué haría y qué nunca haría y en el tercero escucha respuesta y se despide. Entiendo que estas son las siete claves de su nombramiento sorpresivo:
1- Su institucionalidad. Sin ser una integrante del aristotelismo, Tere Brito logró quedarse los 3 años finales de esta administración. Esto es todo un logro institucional porque en las esferas de poder se sabe que la maestra Brito carece de padrinos políticos. Se defiende sola y con su trabajo. No es alfarista, no es antialfarista.
2- Contuvo excesos. Como no amistó con el clan aristotélico, se supone que su trabajo debió ser incómodo para los colaboradores del gobernador, quien no la removió. Se mantuvo en el cargo pese a que no les solapó nada. Hasta la ciudad de México se escuchaban lamentos y protestas de algunos de estos, por la forma en que -según ellos- desde la Contraloría eran estorbados o corregidos en sus “puntadas”. Si no se desataron más escándalos de los que han brotado es porque la Contraloría los aplacó antes de que produjeran daños.
3- Experiencia. Conoce la terrible función de fiscalización. Ahí, el que llega con ansias de novillero se quema o lo congelan. Si el fiscalizador persigue la corrupción lo odian, si la permite lo destruyen. Si el fiscalizador se acerca al poder se quema y si se aleja, el hielo lo congela en menos de lo que en la zona metropolitana de Guadalajara se roban una computadora de un auto. Más en Zapopan, donde este delito es una fiesta de muchos. Para Brito este es un camino recorrido.
4- Valentía. No cualquiera es fiscalizador. Hay que resistir no solo las críticas de “expertos” si no se lincha a un político, sino las amenazas de los grupos y facciones dedicadas a saquear al erario que son pillados o estorbados. Deben ser muchas las amenazas de todo tipo que sufren los fiscalizadores y pese a ello, hay que entrarle. La maestra Tere Brito los desafió. Para allá vamos en los apuntes.
5- Responsabilidad de servidor público. Es un mito que los contralores y los auditores deban ser contadores públicos. Fundamentalmente debían ser abogados. Le entienden que no se puede ser omiso, ni cómplice, ni entrarle. Un ejemplo fue el durísimo Arsenio Farell Cubillas en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Un contador solo exige que los números den, cuadren. Y ahí la maestra Tere Brito actuó. Se apersonó a la Fiscalía General del Estado a presentar denuncias, dio ruedas de prensa, y si ya no ha pasado nada, no le pueden decir que permitió, que calló, que se comprometió. Le toca a la famosa Fiscalía entrarle.
6- Olfato. En la función de Contraloría, se requiere tener olfato. No estar durmiendo. No andar buscando los reflectores, ni ser campeón en posteo de “hechos” intrascendentes para que le lluevan aplausos o se trate de engañar. Hay que andar tras lo que huele mal, lo que hiede, lo que se pudre. Y la Maestra Brito ha estado. Antonio Cruces Mada es solo un botón de muestra.
7- Ceguera política. En la función de fiscalización hay que ser políticamente, ciego. Como la justicia. Sea quien sea, el que la hace, que la repare o la pague. Eso debió prevalecer más en el ánimo de Enrique Alfaro para ratificarla.
Con esos antecedentes es fácil prever lo que va a pasar. Si Tere Brito concluye los seis años en el próximo gobierno de Jalisco solo es porque “pudo” trabajar. Se contuvo el desorden administrativo o financiero y si los alfaristas se enriquecieron, fue por favores políticos y no por chuecuras administrativas. Si por el contrario, se va anticipadamente, no se podrá decir que fue por falta de institucionalidad, por inexperiencia, por temor, por irresponsabilidad, por falta de olfato o por preferencias personales. Se iría porque el gobernador se habría molestado por algo malo que combatió. Su nombramiento es positivo.
@ivangarme
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