Iván García Medina
Dura fue la encuesta que publicó el diario Mural el 30 de septiembre, que pone al presidente municipal de Guadalajara Enrique Alfaro a salvo de la reprobación, pero en una medianía lamentable. Al margen de su precisión o error, los resultados de la evaluación serán útiles porque todo político al ver publicadas investigaciones favorables, se dice listo para conservar aprobación, pero cuando son adversas, debe sentir obligación de acelerar el paso.
La encuesta de Mural, dice: “Enrique Alfaro, Presidente Municipal de Guadalajara, alcanza por su primer año de trabajo una aprobación del 54 por ciento de los ciudadanos y obtiene una calificación apenas aprobatoria de 6, en la escala del 0 al 10.
“Ante el cuestionamiento sobre lo que necesita el Alcalde para mejorar en su trabajo, dos son las principales propuestas espontáneas de los ciudadanos: tener mayor acercamiento con la gente y ser más humilde, pedido por el 19 por ciento, además de mejorar la seguridad pública, sugerido por el 17 por ciento.
“En promedio, sólo uno de cada seis tapatíos dice haber visto al Alcalde en su colonia y los regidores son percibidos aún más distantes”.
Ahora bien, sea muy precisa o no la encuesta, es buen tiempo para enderezar lo que haga falta. Enrique Alfaro tiene medidos los tiempos políticos: ya limpió la casa, ya la amuebló y ordenó las cosas, sigue el año del despegue y hasta ahora rumbo al 2018 va solo, lleva rumbo, igual que el jueves que esperaba su vuelo de Guadalajara a la Ciudad de México en la sala de planta baja, solitario pero seguro.
En cambio sus directores están sueltos, los diputados y regidores de MC sufren la marginación que estos han aplicado, por lo tanto si logra unir a su numeroso equipo tendrá un segundo año impresionante. Si no, le va a batallar más para obtener la gubernatura que sigue a su alcance.
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