Iván García Medina
Ante la serie de deslices que ha tenido, José Antonio Meade logró destituir a Enroque Ochoa Reza, presidente del partido que no lo hizo suyo como el apartidista pedía. Lo más lógico es que ahora quien sigue es el vacacionista en tiempos electorales, Héctor Pizano presidente del Pri -así de chiquito está ahorita el pri estatal- a quien la militancia condena por jugarle al emperador en vez de liderear un partido y por hundir a sus candidatos.
Hoy sábado 17 de febrero El Universal en su columna Serpientes y Escaleras (muy acertada), por cierto, revela los cambios que se aproximan en la sede de CEN priísta, leamos: “La decisión del relevo de Enrique Ochoa de la dirigencia nacional del PRI está tomada y será la próxima semana cuando se anuncie su salida, muy probablemente para ocupar un cargo en el gabinete. El presidente Peña Nieto moverá a partir del martes a algunos de sus secretarios que se irán como candidatos al Senado, uno de ellos el de Comunicaciones, Gerardo Ruiz Esparza, y en esos enroques se le podría dar entrada a Ochoa, como parte de los últimos cambios que ocurrirán en el actual gobierno con miras a las próximas elecciones”.
Como se puede ver, el PRI va en picada y ante eso aceleran cambios, y eso les pasa también en Jalisco, con un presidente Héctor Pizano que no mueve un dedo por tratar de levantar las campañas, más bien la hunde con la complacencia de quién lo puso al frente.
En el CEN tricolor dicen que será Rubén Moreira y si en Jalisco no cambian, no ganarán ni una casilla y terminarán como hasta hoy: en la desgracia.
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