A Fondo Jalisco
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Coyuntura Gabriel Ibarra Bourjac La Aldea

Los grandes problemas de Jalisco

Los hombres del poder:

¿Hacia dónde va Jalisco? ¿Se podrá avanzar en los retos que representan los grandes problemas que hemos venido arrastrando desde el pasado ante acciones tardías, políticas fallidas u omisiones que han instrumentado gobernantes en turno?

Más allá del discurso y narrativa de nuestra clase gobernante, lo que valen son los hechos. La calificación de si son o no los más honestos la otorgan los ciudadanos. Dice el refrán popular, “dime de que presume y te diré de qué carece”. Es muy común que haya políticos que se rasguen las vestiduras y se les llene la boca hablando de que son los más limpios y puros del universo. ¿Se acuerdan de quién gritaba que en su vida no se había robado ni un ‘pinchi peso? ¿Lo recuerdan? ¿Cómo le hacen para no tener necesidad de trabajar 6 o más años? ¿Muy ahorradores? ¿Eficientes inversiones?

La exigencia hoy son gobiernos con grandeza de miras, gobiernos honestos pero también eficientes, que vengan a resolver los problemas, pensando en el bienestar de la comunidad, más que en el propio o del grupo que forman parte de la burbuja y que suelen convertirse en inmensamente ricos, tanto que después de formar parte de un sexenio, no requieren ni trabajar, viviendo en grandes residencias que tienen valor superior de más de diez millones de pesos, cuando antes de llegar al gobierno, vivían en un pequeño departamento de renta o que estaban pagando.

El gobierno y la política siempre han sido uno de los caminos más cortos y fáciles para hacer dinero. 

LOS PROBLEMAS AÑEJOS DE JALISCO

En el caso del actual gobierno que encabeza el ingeniero Enrique Alfaro, nos ofrecen la refundación, que entiendo después de tantas explicaciones que es renovar lo que no funciona, transformar las instituciones para que el gobierno cumpla con su tarea, y unos de los objetivos fundamentales es darnos seguridad y protegernos de quienes se dedican a atracar y apoderarse de lo ajeno, imponiendo su ley de la selva, y que además sean castigados.

Son muchos y variados los problemas de Jalisco, pero entre los tres principales podemos citar la inseguridad y violencia; el pésimo transporte público y el abastecimiento de agua a la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG). Los tres temas se están enfrentando, les buscan solución y llevan diferentes tiempos, tan complejos unos como otros.

En los tres se requiere el apoyo del Gobierno federal, de allí que el replanteamiento que hizo Alfaro de llevársela bien con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, después de amenazar que podría encabezar una rebelión en defensa del federalismo contra el poder central, fue una decisión pertinente, ya que continuar con esa narrativa que le daba rating en busca de hacer realidad su sueño de convertirse en Presidente de México, Jalisco tendría que pagar un costo muy alto, si seguía por la vía de la confrontación.

Los resultados que obtenga el gobierno que encabeza Enrique Alfaro en la forma de enfrentar y manejar estos tres temas, marcarán la eficiencia de su gobierno. En el tema de la seguridad se tardó ocho meses para desdoblar su estrategia que fue llegar a la coordinación con la Policía Metropolitana, cuyo camino ha sido muy accidentado. 

En el tema del agua abastecimiento de agua a la zona metropolitana que es un problema añejo, que arrastra cerca de tres décadas los esfuerzos para resolverlo, finalmente Alfaro está haciendo lo correcto, que es subir la cortina a 105 metros de altura, pagando los costos que ello significa, que es echarse en contra a los grupos ecologistas y pagar los costos políticos que ello implica. Aquí es fundamental la posición del Presidente López Obrador y en sus manos está si Alfaro resuelve o no este problema, si impera el criterio que el bien mayor se impone sobre el mal menor.

El tercer gran problema de Jalisco lo representa el transporte público. El gobierno alfarista con Diego Monraz a la cabeza busca resolver el problema que es altamente complejo. Por un lado se exige un transporte eficiente y humano, pero por otro lado, se castiga a la tarifa al caer en un círculo vicioso lo que está conduciendo a lo que llamamos “la chatarrización del transporte”.

Está en marcha la ejecución del Modelo Ruta-Empresa con la dirección de Diego Monraz y que le cambiaron de nombre a “Mi Transporte” -un asunto de ego y vanidad-, que inició el pasado gobierno. Enrique Alfaro le puso fecha a la modernización del transporte, que es diciembre, sin embargo, no lograrán este objetivo, al menos en este lapso, porque no es un tema de voluntad, es de realidad. Y aquí no hay magia. Los transportistas no van a invertir en el mejoramiento del transporte, porque no ven certidumbre en sus inversiones. La tarifa de 9.50 pesos no la ven atractiva, porque los números no le salen. 

Al mismo tiempo está pendiente la conclusión de la Línea 3 del Tren Ligero compromiso que asumió el Presidente López Obrador de concluirla y que podría llevar a que empiece a e operar hasta entrado el próximo año. Alfaro sueña también con construir Línea 4 Tlajomulco-Guadalajara, pero primero es lo primero, esto es que funcione la Línea 3.

Esta es la agenda dominante de Jalisco y que el gobierno alfarista busca soluciones. Por los resultados será juzgado, más allá de su discurso refundador. Para encontrar la solución se requiere mucha inteligencia, sensibilidad política y carácter para apretar cuando se requiera.

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