Opinión
En los últimos años, para amplios sectores de la población, el término millennials pasó a tener un significado eminentemente peyorativo: se le percibe como una masa amorfa, de jóvenes absortos, obnubilados, perezosos, con ideas esnob o estereotipadas, en el mejor de los casos, como un estrato social ‘líquido’ y alienado con las pantallas. No obstante, valdría la pena desmitificar el estigma social que padecen. Pero entonces, ¿quiénes son los millennials? No parece haber unanimidad sociológica al respecto, pero podría decirse que la coincidencia indica que son los nacidos entre 1980 y 1995, es decir, los que tienen entre 24 y 39 años actualmente.
En lo político, han auspiciado movimientos sociales de hondas repercusiones en el concierto internacional. Son, sin lugar a dudas, el ‘big bang’ de las revoluciones online en la Primavera Árabe. En Occidente, es de destacar 1) en España, el Movimiento 15-M, de 2011, también llamado movimiento de Los indignados; 2) el Occupy Wall Street, nacido en 2011, vigente aún, originado por la severa crisis económica de 2008 y la creciente brecha de desigualdad registrada en las últimas décadas en E.E.U.U.; y 3) en México, el #YoSoy132,que propició la disminución del candidato puntero en las encuestas –Peña Nieto– y una reforma constitucional en telecomunicaciones acorde al signo de los tiempos. Los partidos políticos de España, Podemos y Ciudadanos, no podrían entenderse sin la acción concertadora de los millennials. En nuestro país, Pedro Kumamoto y Wikipolítica, cimbraron al sistema con propuestas disruptivas, como la reducción del financiamiento con #SinVotoNoHayDinero.
En la economía, han propiciado vertiginosos cambios al apuntalar lo que se ha dado en llamar las «economías colaborativas», que tienen la sustantiva característica de gestionar un mercado únicamente a través de plataformas digitales conectadas a Internet. Es así como la mayor compañía de autos de transporte en el Globo no es propietaria de un coche: Uber; y la mayor empresa de alojamiento turístico del Orbe, Airbnb [que ya supera a los gigantes hoteleros como Marriot, Hilton, Accor y Hyatt], no es propietaria de una sola habitación. No obstante, empiezan a consolidarse otro tipo de plataformas como TaskRabbit (E.E.U.U., Canadá e Inglaterra): conecta a ofertantes y demandantes de empleo convencional [asesor fiscal, p. ej.] y no convencional [pasear a la mascota, hacer el ‘mandado’ o fila para comprar un iPhone en su primer día de venta], por lo general, por tiempos o proyectos específicos. O bien, aplicaciones móviles que son una suerte de Airbnb aplicado a la gastronomía [Eatwtih, p. ej.]: talentosos chefs ofrecen comidas o cenas de al menos tres tiempos en su hogar, que son típicas u originarias de la ciudad, con el atractivo de socializar durante el comensal.
Aunado a lo anterior, tienen una mayor conciencia ambiental y actitudes proclives a la sostenibilidad. Con relación a la encuesta de Global Shapers 2018, realizada por el Foro Económico Mundial, y que fue realizada en 186 países, señala que el 48.8 por ciento de los millennials ven al cambio climático como el principal problema de la vida pública a nivel global. El asunto no es nada menor, los científicos advierten que este siglo será determinante para poder revertir la ruta catastrófica que sigue actualmente el calentamiento global, puesto que haría inhóspita la vida humana en el planeta. El estudio Las carreras de los millennials: visión 2020, de Manpower Group, señala que para 2020, el 36 por ciento de los millennials esperan trabajar después de los 65 años [en virtud de la movilidad laboral que practican: en México, el 43 por ciento piensa permanecer en su empleo menos de dos años]. ¿Ociosos? Los datos indican lo contrario, puesto que “están trabajando tan duro, o más, que otras generaciones”, según concluye este estudio: p. ej. el 42 por ciento de los millennialsmexicanos está trabajando a la vez en dos o más puestos de trabajo pagado. Por otro lado, es también la generación más emprendedora vista hasta ahora: el 47 por ciento pretende iniciar un negocio [en su mayoría, una startup (empresa vinculada a las industrias creativas)], frente al 53 por ciento restante que piensa ser empleado [y, desde luego, jubilarse: lo que fue la meta aspiracional de generaciones anteriores en materia laboral], según registra el Estudio Global de Emprendimiento Amway de 2018.
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