Horacio Villaseñor Manzanedo
Hace 16 años, al Gobierno de Jalisco se le ocurrió anunciar que a partir del día 1 de enero de 2008 era obligatorio separar la basura de casa, antes de entregarla al camión recolector, obviamente sólo fue una ocurrencia más, los hechos lo prueban, eso quedó en nada. Después tuvieron otras “brillantes” ideas; hace 14 años instalaron botes o papeleras inteligentes, concesionadas, finalmente las tuvieron que retirar, y; hace 9 años, implementaron los “puntos limpios” hoy convertidos en los puntos cochinos de la ciudad. ¡Cuánto tiempo y recursos se han desperdiciado vacilando a la gente con el asunto de la basura! Los residuos sólidos domésticos no son el problema, la dificultad en realidad es tener en el gobierno directivos públicos inteligentes y con experiencia suficiente para evitar, en el mejor de los casos, seguir tirando tanto dinero público, después se quejan de que no hay. Ahora, al Ayuntamiento de Guadalajara se le ocurrió un eslogan, ¡Guadalajara limpia, se ve bien bonita! Sugiere, en su página digital, que la sociedad haga tres cosas: 1. “Si ves basura repórtala”: Que ridiculez, ¿el ayuntamiento no vigila? ¿No tiene supervisores? ¿No puedes hacer que sus policías hagan los reportes? ¿El ayuntamiento no ve la basura? ¡Está por todos lados!: 2. “Saca la basura, cuando escuches la campana”: ¿Es en serio? ¿La gente tiene que esperarse a que pase el recolector? ¡No tienen ni día ni hora para pasar! Eso funcionó en el siglo pasado, cuando las amas de casa no salían a trabajar, ¡sean serios! y: 3. Usa bien los puntos limpios, separa y recicla: La gente que separa su basura y la lleva al “punto limpio”, si está lleno, ¿debe regresarse, con su basura, a su casa y estar pendiente para llevarla después, nuevamente, cuando tenga espacio? ¡No sean mensos! El problema no es la basura, es el gobierno municipal, dirigido por puro tarado, oportunista ignorante, que como no sabe qué hacer busca implementa ocurrencias e inventa pretextos. Cuando el ayuntamiento dice que “la ciudad más limpia es la que no se ensucia”, además de estúpido es irresponsable, su deber legal es conservar y mantener en inmejorables condiciones de aseo calles, avenidas, calzadas, camellones, parques y jardines, mercados, panteones, etc., su tarea es limpiar y asegurarse de que, todo espacio público del municipio esté aseado, con o sin participación ciudadana, haya o no sociedad salvaje. La ciudad más limpia no es la que no se ensucia, sino la que se limpia. Recomendar o sugerir que la gente sea aseada, no es su función, ¿va a educar a indigentes, pepenadores o cochinos? ¿Quién va a barrer las hojas que sueltan los árboles en el espacio público? Por cierto, la hojarasca es lo que realmente tapa las bocas de tormenta, no la basura. ¿Y la tierra que dispersa el viento o las corrientes de agua en época de lluvias? ¿Y los materiales que tiran algunos vehículos de carga o las piedras, escombros y ramas que naturalmente hay en toda la metrópoli? ¿Quién debe cortar la maleza que surge por todos lados? ¿Quién levanta los animalitos muertos? Limpiar la ciudad es un reto y mantenerla aseada, ardua tarea, no se logra culpando a la gente o haciéndola corresponsable. Las funciones de todo ayuntamiento son exclusivas y, eventualmente, concurrentes, pero solo con otras autoridades, no con la sociedad civil ni económica. Entiéndanle. Si no saben qué hacer, consulten a alguien que sí sepa, Guadalajara requiere una administración con enfoque público y organización fractal, no propuestas con visión empresarial. Un ayuntamiento inservible, jamás tendrá limpia la ciudad. Ni hablar.
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