Gabriel Torres Espinoza
La salud es un derecho fundamental y, en Jalisco, los Hospitales Civiles de Guadalajara han sido históricamente el pilar de la atención médica para quienes más lo necesitan. Desde la fundación del Hospital Civil Fray Antonio Alcalde,en 1787, hasta la reciente inauguración del Hospital Civil de Oriente en Tonalá, la red hospitalaria ha crecido para atender a una población que hoy supera los ocho millones de habitantes. Sin embargo, el crecimiento demográfico, la demanda de servicios médicos de alta especialidad, y la urgencia de descentralizar la atención en la Zona Metropolitana han hecho evidente una realidad: Jalisco necesita un cuarto Hospital Civil.
El reciente anuncio del gobernador Pablo Lemus sobre la construcción de un nuevo hospital en Tlajomulco, es un paso en la dirección correcta. Con una proyección de inicio en 2026, este hospital no solo atendería a la población del sur del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG), sino que también fortalecería la vinculación con la Universidad de Guadalajara a través de un modelo de Hospital-Escuela, similar al que ha sido la base del prestigio de los Hospitales Civiles actuales.
Tlajomulco se ha convertido en el municipio con mayor crecimiento poblacional de Jalisco. En los últimos 15 años, la explosión demográfica ha sido exponencial, con fraccionamientos que han triplicado la cantidad de habitantes sin que la infraestructura pública, especialmente la de salud, crezca al mismo ritmo. Hoy, los más de 800 mil habitantes del municipio deben trasladarse a Guadalajara, Zapopan o Tonalá para recibir atención médica especializada, lo que representa un desafío en términos de movilidad, tiempos de espera y saturación hospitalaria.
El Hospital Civil de Oriente, inaugurado en 2024, ya da señales de saturación a menos de un año de su apertura. No es un problema exclusivo del oriente del AMG; es un síntoma de la creciente presión sobre el sistema de salud pública en toda la metrópoli. La falta de espacios hospitalarios adecuados impacta directamente en la calidad de vida de los pacientes y en la capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias.
El proyecto del Hospital Civil en Tlajomulco no solo resolvería una necesidad médica, sino que también impulsaría el desarrollo académico y la formación de nuevas generaciones de médicos y especialistas. La propuesta de vincularlo con el Centro Universitario de Tlajomulco (CUTlajo), donde actualmente 800 estudiantes cursan la carrera de Medicina, es un acierto. La combinación de docencia, investigación y servicio hospitalario ha sido la clave del éxito de los Hospitales Civiles de Guadalajara, y replicar este modelo en Tlajomulco garantizaría una formación de calidad para los futuros profesionales de la salud.
A su vez, esta iniciativa responde a una demanda de crecimiento educativo en la región. Como lo mencionó el presidente municipal, Gerardo Quirino Velázquez, Tlajomulco también requiere una nueva preparatoria para fortalecer el acceso a la educación media superior. Conectar estos proyectos en un mismo polo de desarrollo significaría una transformación profunda para el municipio y la calidad de vida de sus habitantes.
Durante décadas, los Hospitales Civiles se concentraron en el centro de Guadalajara, obligando a miles de pacientes a desplazarse largas distancias para recibir atención. La creación del Hospital Civil de Oriente en Tonalá marcó un hito en la expansión de la red hospitalaria, pero aún queda mucho por hacer. Además del hospital en Tlajomulco, el gobernador Lemus ha mencionado la posibilidad de construir otro en Puerto Vallarta, una región donde la atención médica especializada es escasa y las emergencias suelen derivarse a Guadalajara. Llevar la infraestructura hospitalaria a estas zonas no es un lujo, sino una soluciónpara garantizar el acceso equitativo a la salud en todo el estado.
El costo de construir un hospital de esta magnitud es elevado, pero postergar su construcción tiene un precio aún mayor: vidas que se pierden por falta de atención oportuna, saturación hospitalaria, que compromete la calidad del servicio y generaciones de médicos que se forman sin los espacios adecuados para su desarrollo profesional.
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