Iván García Medina
Cuando el ex Auditor Superior del Estado de Jalisco Alonso Godoy Pelayo se fue de esa dependencia ya había digitalizado todo el archivo de la ASEJ. En esas fechas le tomaron fotos cuando trasladaba documentos en un viaje a Miami y sus amigos saben qué sacó a salvaguardar y sostienen que ahí había expedientes como el de Pablo Lemus voraz y mitómano alcalde de Zapopan.
Hoy, Lemus Navarro, indigno empresario vivales, está apanicado por los golpes que a nivel nacional le van a dar -porque ya los circularon- de sus andanzas en 2016 y para eso basta leer este viernes 26 de octubre lo que publicó Milenio.
Tras haber condonado el pago de impuestos a sus amigos fraccionadores el alcalde Pablo Lemus no duerme, está agobiado, asustado, ante los cargos que le fincó la ASEJ, por lo que opta por distraerse sacando el junior que trae adentro.
Milenio en una de sus notas dice: “La ASEJ observó montos por mil 283 millones de 682 mil 630 pesos (mdp) a los primeros meses de la administración de Pablo Lemus Navarro (MILENIO Jalisco, Mayo 22 de 2017). El auditor concluyó que hubo daño patrimonial en mil 269 mdp particularmente por subejercicios y por haber dejado de percibir ingresos derivados de la cesión de predios de 58 fraccionamientos”.
Bueno, el asunto no es para menos. Se entiende que sus malos manejos y decisiones administrativas le enfermaron y derivó en su inmediata hospitalización hace unos meses, según trascendió, pero su padecimiento lo lleva a cometer más errores.
Hoy viernes 27 de octubre Mural en su columna Cúpula relata un hecho vergonzoso tratándose de un alcalde que en estado de alteracion sacó a relucir como dije, el junior caprichoso que lleva dentro, leamos:
“EL ALCALDE DE Zapopan, el emecista Pablo Lemus, bien podría cantar aquella que dice: ‘Con todos menos conmigo, uh-oh-oooh…’. Y todo porque se quedó con ganas de conocer a Timbiriche.
“RESULTA QUE TRAS su concierto en Guadalajara, los cantantes llegaron al mismo restaurante en el que cenaba el Edil y éste quiso conocerlos.
“LES INVITÓ una copa, pero se la rechazaron. Después se apareció en el privado que habían reservado y quiso entrar, pero no lo dejaron.
“AL FINAL DESISTIÓ, pero apenas se fue, casuaaalmente, llegaron cuatro patrullas tapatías y… ¡clausuraron el lugar! Uh-oh-oooh”.
Bien pues “el burro hablando de orejas” aquí queda demostrado que el que actúa por venganza es él pero con Godoy se topó.
Al tiempo.
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