Horacio Villaseñor Manzanedo
Gobernar es un proceso de decisiones, pero de buenas, si se gobierna mal no se gobierna, se tiene el poder, pero no pueden. Las malas decisiones de un gobernante son resultado de lo chafa que se es y su primer error es seleccionar mal su equipo asesor y directivo. Haber concesionado, hace años, el servicio de recolección de basura, que es una acción gubernamental diaria fue, en el mejor de los casos, muy tonto porque solo se deben conceder actividades que eventualmente se hacen. Se sabe, cuesta más dinero encargarle una tarea a alguien que hacerla directamente, de allí que dar por terminado el contrato de limpia otorgado a una empresa privada, es sin duda una buena idea, es lo que se debe hacer, pero con plan, ¡inteligentemente! La forma en que el Ayuntamiento de Guadalajara está tratando de recuperar la rectoría de la recogida de basura, desde la óptica de las teorías, disciplinas, herramientas y conceptos de la administración pública no es la adecuada y si en el fondo es para después integrarse a una agencia metropolitana de limpia, peor, eso es lo único que no se debe hacer. Me explico: Primero a alguien muy “limitadito” se le ocurrió que bastaría no renovar el contrato de la empresa privada, en la fecha de su vencimiento, para solucionar de raíz el asunto y como por arte de magia, el ayuntamiento, en esa misma fecha podría hacerse cargo del servicio. Eso no va a suceder. Con tanta ignorancia, la alcaldesa, pasará muchas vergüenzas y la sociedad sufrirá, aún más, la consecuencia de tantas malas decisiones, pasando de un pésimo servicio otorgado por un privado a un, eventual, sin servicio del ayuntamiento. Se equivocan creyendo que el problema de raíz es la concesión o la falta de una visión metropolitana que, por cierto, localmente, es más moda que una alternativa eficaz, cuando en realidad es la falta de conocimiento en temas de gobierno de los actores políticos. Cualquier propuesta que ponga en riesgo la salud de la gente, debe descartarse inmediatamente, “con la salud no se juega” dice un dicho popular. Si no se tienen análisis exhaustivos ni suficiente tiempo para pensar lo que se pretende hacer, es mejor irse “por las ramas”, lo que en teoría organizacional se denomina el modelo incremental. Lo que se debió hacer era ir fortaleciendo, paso a paso, pero rápido, al área municipal de aseo público, equipando y encargándole solo unas pocas colonias de Guadalajara y dejando que la empresa privada siguiera operando en las otras, logrando así ir resolviendo los efectos no deseados y aprendiendo de errores pequeños. Poco a poco, la dependencia municipal absorbería el total del territorio y terminaría el contrato de la operación privada, hasta su desaparición del escenario sin afectar el servicio, la salud de la ciudad y a su gente. Por otro lado, no han entendido que la recolección no se debe intermunicipalizar, simplemente porque no es una actividad común, no necesitas juntarte o coordinarte para recoger un día la basura de tu vecino y otro la tuya, no sean mensos, cada uno debe atender “su casa”, lo único que, eventualmente, puede ser común es el lugar de tratamiento, eliminación o disposición final, pero ni siquiera estos sitios son comunes a nueve municipios. Si se coloca un incinerador al norte de la metrópoli, será común para los municipios del norte, no para los del sur, donde tendrá que haber otro. Hay errores que se ven después de varios años, otros, inmediatamente, tratar de cambiar el sistema de recogida de basura, de un día para otro, sin método y sin modificar el pacto fue estúpido, un soberano error que ya se ve y causará más daño. ¿Nos ponemos a llorar o nos quejamos? ¡Ni hablar!
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