Staff A Fondo
Tres funcionarios recibieron toda la confianza y el respaldo del gobernador Jorge Aristóteles Sandoval durante la primera mitad del sexenio. Ellos fueron Ricardo Villanueva, Alberto Lamas y Salvador González Reséndiz. La dupla Villanueva-Lamas inicio con los negocios. Villanueva le llevó a Lamas, quien manejó todo el dinero destinado a la publicidad y a pauta en los medios, a su empresa Heurística. Una empresa que nació fundada por Rafael Valenzuela, Iván Yanomé, José Luis Valencia, y Ricardo Villanueva. Heurística es una agencia de publicidad que hicieron para quedarse con el dinero que la U de G destinaba a las campañas de la FEU, después se quedaron también con la publicidad del Auditorio Telemex, debido a la complicidad que tejieron con Fernando Favela Camarena, a quien años después reclutarían para establecer una red de corrupción alrededor de Fiestas de Octubre.
Heurística se dividió en dos empresas para poder llevar las cuentas de publicidad de Aristóteles, como candidato a presidente municipal de Guadalajara (Heurística). A su vez crearon Euzen, para llevar la publicidad de Enrique Alfaro en Tlajomulco. De esta forma dispusieron de decenas de millones de las campañas y después de los ayuntamientos por la venta de “asesoría” y estrategias de publicidad. Así que pronto Alberto Lamas encontraría muy atractiva la alianza estratégica con Ricardo Villanueva, con su agencia de publicidad y con los negocios que juntos emprendieron. Por ejemplo, en plena competencia por la presidencia Municipal de Guadalajara, Mural publicó que Ricardo Villanueva, Alberto Lamas y Rafael Valenzuela eran socios en una inversión de terrenos en Tlajomulco.
Al llegar al gobierno de Jalisco, la alianza Ricardo Villanueva, Alberto Lamas y Salvador González Reséndiz consiguió que el gobernador entrante les hiciera dependencias a la medida para su crecimiento y enriquecimiento personal. Así fue que a Ricardo Villanueva le crearon una secretaría, la más poderosa del gobierno, la Secretaría de Planeación, Administración y Finanzas. Para Alberto Lamas crearían la Jefatura de Gabinete, y González Reséndiz, como subsecretario de Administración, sería el encargado de cobrar moches por todas las compras que realiza el gobierno de Jalisco y asignar obras sin licitación a constructores corruptos.
Este círculo de complicidad busca siempre su agenda personal, intereses, negocios y enriquecimiento. La cúspide de su capacidad de influencia fue cuando lograron que el gobernador de Jalisco impusiera como candidato al gobierno municipal de Guadalajara, a Ricardo Villanueva Lomelí. Contra todo el sentido común, y con toda el malestar en el PRI por que Ricardo Villanueva había militado en el PRD, respaldado por encuestas truqueadas, mediciones falsas de intención del voto y grupos de enfoque amañados, convencieron a Jorge Aristóteles de que el único candidato que podría ganarle las elecciones al expresidente de Tlajomulco, Enrique Alfaro, sería precisamente, el inmerecidamente empoderado Ricardo Villanueva. Supusieron que debido a su pasado de golpeador y porro en la Federación de Estudiantes Universitarios, Villanueva lograría que los políticos universitarios se volcaran a la campaña del ex presidente de la FEU. Un mal cálculo, pues fuera del grupo porril de Alfredo Peña Ramos, nadie más en la Universidad confió en la apuesta absurda del ingenuo gobernador de Jalisco, que fue derrotado contundentemente con la votación más baja en la historia para el Tricolor. Villanueva se convirtió así, de la noche a la mañana, en un apestado de la política, debido a que representa lo peor de los primeros tres años de Aristóteles Sandoval.
Ricardo Villanueva regresará a la Universidad de Guadalajara, al grupo del que nunca debió salir, el de su verdadero jefe Alfredo Peña Ramos, el “Atenguillo”. Retorna a la Universidad derrotado en la política, donde los votos sí cuentas y la gente libremente elige a sus gobernantes. Villanueva se formó en un grupo autoritario en donde la democracia está suplantada por las decisiones unilaterales. Su participación en la política de Jalisco consistió en hacer pedazos los primeros tres años del gobierno priista, en esa complicidad mezquina con Alberto Lamas y Salvador González Reséndiz. Su carta de presentación es el fracaso. Aborrecido en el PRI, al que siempre desdeñó y despreció. Odiado por el grupo histórico de Aristóteles que observaron como este arribista desplazó a quienes sí fueron parte de la construcción de la carrera política de Aristóteles Sandoval Díaz. Con una fortuna que no podría explicar a partir de sus ingresos, regresa a ocupar un cargo y un sueldo menor para cobijarse en los brazos del Secretario general, quienes siempre ha sido y será su único jefe y líder político. La Universidad nunca le podría pagara lo que devengaba como regidor de Guadalajara, pero lo que en verdad busca Villanueva es protegerse de la derrota de 2018 y de la eventual llegada de Enrique Alfaro a la gubernatura, donde seguramente pediría cuentas a estos personajes que tanto, tanto daño le hicieron al PRI y al gobierno de Jalisco.
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3 Comments
LA BASURA A SU LUGAR. REGRESA AL COCHINERO, DESPUÉS DE DEJAR EL GOBIERNO DE ARISTOTELES UN DESASTRE. YA ROBÓ SUFICIENTE, QUE SE AGARREN AHORA LOS UDEGEISTAS QUE EL DOCTOR EN MAROMAS LLEGA A LA U DE G
¿Que los puestos de elección popular no son irrenunciables? Nos quitaron la oportunidad a los priistas para dársela a este pillo y hora nos resulta que dijo su papi Peña que siempre no
Una prueba mas de que este mequetrefe nada tiene ni tuvo que ver con el PRI y nuestro gobierno