Horacio Villaseñor Manzanedo
Los ciudadanos tenemos el derecho a una ciudad libre de basura, aunque se conviva con gente puerca, mal de sus facultades mentales o en condiciones de indigencia, para ello se crearon los ayuntamientos, no para que se la pasen diciendo que sin apoyo de la gente no se puede, ¿son autoridad o no? Desde hace más de 40 años, casi todas las ciudades del mundo enfrentan el reto de separar y tratar los residuos sólidos municipales y, por consecuencia, las mexicanas lo están intentando sin éxito desde entonces. Hace 16 años entró en vigor la norma ambiental estatal local que establece los criterios y especificaciones técnicas bajo las cuales se debe realizar la separación, clasificación y valorización de la basura en Jalisco. Los ciudadanos recibimos,
entonces, con agrado dicha disposición y muchos quisimos participar con entusiasmo en la separación, pero resultó una vacilada más, porque a los tarados de los “gobernantes” que ganaron elecciones no porque fueran lo mejor sino porque eran de lo que se ofreció “lo menos malo”, no se les ocurrió estudiar el mercado de los residuos e impulsarlo lo que les hubiera permitido descubrir que la mayoría no pueden ser comercializados y que se deben recoger, transportar y eliminar irremediablemente de otras formas. Los gobiernos municipales que, por ley, están obligados, a conservar y mantener limpia, no solo la ciudad sino el municipio todo, no han podido con el paquete y como no saben qué hacer, inventan pretextos como “la solución somos todos”, “ni modo que pongamos un policía detrás de cada persona”, o la más reciente tontería: “necesitamos de la corresponsabilidad de todas y todos”. Nada más falso o estúpido que esto. Me explico: El espacio público está encargado al ayuntamiento, las reformas constitucionales al artículo 115 (1983 y 1999) otorgaron autonomía al orden municipal, se le dio calidad de gobierno y capacidad reglamentaria exclusiva, lo que significa que si las calles, avenidas, calzadas, pasos a desnivel, parques y jardines, etc., todo el espacio público, está sucio es responsabilidad del gobierno municipal y de nadie más, la gente puede ser cochina o no, es libre, pero el ayuntamiento no, la ciudad debe estar limpia sin importar si los habitantes cooperan o no. Ese es el tamaño del reto que con “funcionarios” sin capacidad nunca será posible, aunque existan leyes y paguemosimpuestos para operar una organización mal dirigida,inservible. El gobierno municipal es la intendencia de la ciudad, debe limpiar y conservar en inmejorables condiciones, en todo momento, todo espacio público lo que, obviamente, haciendo lo que ahora se hace no se logrará. Los ayuntamientos son temporales y el gobierno municipal no. Si el gobierno tiene la ciudad limpia, se le encarga al nuevo ayuntamiento, por tres años, que continúe teniéndola limpia, si la ciudad es un cochinero, entonces, se le encarga al nuevo ayuntamiento haga los arreglos conducentes, que no es solo la simpleza de prestar el servicio de recolección domiciliaria directamente, sino muchas cosas más que deben pasar por reingenierías y la reestructuración organizacional integral del gobierno, inmediatamente, porque lo que está en juego es la salud y la calidad de vida de los habitantes. En Guadalajara y su zona metropolitana, llevamos más de treinta y tres años soportando la ineptitud de directivos públicos, oportunistas que tienen la ciudad hecha un asco, y que ahora pidan más paciencia, es idiota. Su trabajo el limpiar y evitar que se ensucie, no que inviten a la cooperación y la corresponsabilidad. ¡No sean mensos!
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